La joven lesbiana de Camerún, retenida 23 días en Barajas, logra una autorización de estancia por motivos humanitarios

Christelle Ngangnou

Christelle en una fotografía colgada en su Facebook.

La sala de inadmitidos del aeropuerto de Barajas ha sido su hogar en los últimos 23 días. Christelle Ngangnou vivía desde el pasado 25 de marzo en esa tierra de nadie. A la espera de que el Gobierno español aceptara la petición de asilo que esta joven camerunesa de 29 años solicitó al huir de las represalias sociales y judiciales de su país. ¿Su ‘crimen’? Ser homosexual, algo que en Camerún supone ser perseguida por las autoridades y el repudio de tu propia familia. Si vuelve, su vida corre peligro.

Pedro Zerolo, secretario de Movimientos Sociales del PSOE, condenaba en conversación con EL MUNDO la “falta de voluntad política del Gobierno español y del PP para aceptar una petición de asilo que viene avalada por un informe de ACNUR“.

No obstante, Mariano Rajoy aseguraba este miércoles en el Congreso de los Diputados que había dado “las órdenes pertinentes para que se resolviera ese asunto”.

A última hora de la tarde, esas órdenes y la presión social de estos días han surtido efecto y Christelle ha vuelto a reír tras más de tres semanas de angustia, de miedo, de no poder siquiera esbozar una tímida sonrisa. La joven ha salido de Barajas rumbo a a un centro de acogida de la Cruz Roja y permanecerá en un hostal con el que esta ONG tiene un convenio para “situaciones de primera acogida”. Pasa así a estar bajo tutela de esta organización, han explicado fuentes de la organización a la agencia Efe.

El Ministerio del interior ha autorizado su “entrada excepcional” en territorio nacional, mediante un permiso de estancia en España por motivos humanitarios.

“Lo hemos conseguido. Al final, lo hemos conseguido”, ha declarado a EL MUNDO Zerolo, nada más conocer la noticia. “Han ido varios diputados a verla esta tarde y entre todos hemos logrado que se quede. La presión social funciona”, ha señalado.

Los trámites

El temor de Christelle era volver a su país, Camerún, donde tiene, según ella, una orden de detención por su condición de activista de los derechos de las mujeres lesbianas. Rechazada por su familia al conocer su orientación sexual, viajó a España con un pasaporte falso y en el aeropuerto la detuvieron. Pidió a la Audiencia Nacional que paralizase la deportación, pero no atendió a su demanda, y finalmente recurrió al Tribunal de Estrasburgo, que detuvo el proceso cautelarmente, y se pronunciará al respecto previsiblemente el viernes.

La movilización en favor de la camerunesa se produjo después de que su petición de asilo fuera rechazada por tercera vez por la Oficina de Asilo y Refugio española, pese a que ACNUR había hecho un informe favorable en el segundo recurso presentado.

Su caso ha llegado al Tribunal de Derechos Humanos de la UE en Estrasburgo de la mano de uno de los abogados de Red Jurídica. Antes de eso, la Policía española intentó repatriarla en cuatro ocasiones, en la última de las cuales sufrió heridas leves en sus manos por el forcejeo, según ha relatado a Efe.

La movilización política

Representantes de los grupos parlamentarios del PSOE, Amaiur, Izquierda Plural, PNV, CiU, UPyD y ERC mantuvieron este miércoles una reunión en la Subdirección General de la Policía con responsables de la Oficina de Asilo y Refugio y expertos de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) para buscar una solución y determinaron que se acogiera a la posibilidad de una autorización de entrada y estancia en España por motivos humanitarios, trámite que finalmente es el que se ha llevado a cabo.

“Ha sido una negociación buena y técnicamente se ha visto cuál era la solución. Se ha hecho con la ley de la mano“, ha detallado la diputada socialista Delia Blanco, que encabezaba la expedición. Ha destacado además el buen hacer tanto de Interior como de los comisarios de Barajas, así como el “papel sustancial” de CEAR en este proceso.

La entrada en España por razones humanitarias es una fórmula recogida en el artículo 25 de la Ley de Extranjería.

La autorización de estancia tendrá vigencia mientras la Audiencia Nacional decide sobre el recurso que Christelle presentó contra la denegación de su solicitud de asilo, proceso que podría prolongarse más de un año, conforme los términos que ha planteado CEAR en su escrito. Durante este tiempo, ella podrá permanecer legalmente en el país, aunque no trabajar.

Blanco, que ha visitado a la joven en la sala de inadmitidos, ha expresado que “está cansada pero en buena situación”. La socialista ha destacado que con este caso “se crea un precedente muy importante porque por razones de orientación sexual una persona es acogida en España”.