La familia de Jimena ha denunciado ante la Guardia Civil su desaparición en Estambul “Le dije a mi hermana que volviera sin su novia, pero no quiso dejarla sola”

Jimena, a la derecha, con su novia Shaza, en una imagen cedida por su familia

Jimena Rico Montero, 28 años, ya sabía el domingo pasado que corría peligro por una historia de amor complicada. Fue la última vez que habló con su madre, Ramona, y su hermana María, las dos en Torrox (Málaga), mientras ella iba de camino a Estambul con su novia, Shaza, de una familia egipcia de cierto poder en los Emiratos Árabes Unidos.

El padre de Shaza ya les había advertido, según cuenta María a EL MUNDO, que estaban denunciadas por mantener una relación homosexual en Dubái, donde es un crimen. Pensaron que Turquía, en ese momento, era su salvación. El lunes, Jimena llamó a su compañera de piso en Londres a las 9.30 de la mañana para pedirle los datos de la reserva del hotel en Estambul que le habían hecho desde Gran Bretaña. Jimena avisó de que se empezaran a preocupar por ella si no se registraba en el hotel. Nunca lo hizo. La familia puso ayer por la mañana una denuncia en la comandancia de la Guardia Civil de Torrox por su desaparición.

El plan pasaba por pedir ayuda en el consulado español para salir del país ya que, según contó Jimena, el padre de su novia les había roto los pasaportes en el aeropuerto de Tiflis (Georgia), donde les había seguido desde Dubái. El domingo por la noche, María le dijo a su hermana que cogiera un avión para España. Ella sola. «Pero no quiso. Sabía que el padre de Shaza les había denunciado y no quería abandonarla. De hecho, el padre le dijo a mi hermana que le había comprado un billete para que volviera a Londres sola», explicaba el miércoles por la noche María desde su casa en Torrox, sin noticias de su hermana varias horas después de la denuncia.

Desaparecida una joven española en Turquía junto a su novia, natural de Egipto

«Se conocieron en octubre en un bar de copas en el que trabajaba Jimena. Shaza estaba con dos guardaespaldas en la zona VIP», explica sobre el encuentro de las dos chicas María. Pero la chica egipcia, de 30 años, no residía habitualmente en la capital británica. No han vivido mucho juntas y Shaza no ha visitado a la familia de Jimena en Málaga. Cuando se conocieron, la egipcia estaba de vacaciones en Londres. Más tarde, fue Jimena la que se fue a Dubái a pasar una temporada. Luego, regresó a Londres y Shaza «volvió con un visado para hacer un máster que le consiguió el padre porque quería estar con mi hermana», continua María, pendiente de los mensajes del WhattsApp que sólo preguntan por novedades y no las aportan, según explicaba, rompiendo la conversación.

¿Por qué fueron a Georgia? «Según me explicó Jimena, porque en el bar donde había trabajado alguna época en Dubái conoció a dos chicos de allí que les aseguraron que sus familias les protegerían, pero no sé por qué no se volvieron a Londres».

Fue hace poco cuando, estando ya juntas en Londres, Shaza decidió darle la noticia a su familia desde la seguridad de la distancia: estaba enamorada y era una mujer. Al poco, el padre le dijo que tenía que regresar a Dubái porque su madre estaba muy enferma. «Hasta hizo un montaje fotográfico», explica María. Cuando se dieron cuenta de las intenciones del padre, emprendieron la huida. Una hermana de Shaza le dijo a María por Facebook que seguía sin saber nada de su padre ni de su hermana. El móvil de Jimena está apagado. La historia de amor que empezó en un bar de copas de Londres ha vivido su último capítulo en Estambul, paso previo por Dubái, donde su relación es delito.