Fracasa el intento de Hazte Oír de llevar su campaña a Barcelona

Los Mossos d’Esquadra inmovilizaron el autobús en el peaje de la AP-7 en Martorell. ALEJANDRO GARCÍAEFE

Huevos, kétchup, insultos, empujones, la inmovilización de su polémico autobús y un expediente sancionador. Así fue ayer el fracasado intento de entrar en Cataluña de la asociación Hazte Oír, cuyo vehículo emprendió anoche el camino de regreso a Madrid tras la retirada de los controvertidos mensajes que exhibía.

Agentes de los Mossos d’Esquadra retuvieron por la mañana al controvertido autobús en el peaje de Martorell, situado unos kilómetros antes de la primera parada que tenía prevista: la localidad de Pallejà, donde finalmente no llegó a entrar.

La policía catalana recurrió a una comprobación de la documentación del vehículo (seguro, ITV, conductor, etc.) para bloquearle el paso tras la apertura de un expediente sancionador por parte del Departament de Treball, Afers Socials i Famílies de la Generalitat que estableció una multa de 1.700 euros y pidió medidas cautelares para «el cese inmediato» de su circulación por divulgar «un mensaje discriminatorio» hacia personas transgéneros e intersexuales.

El presidente de la entidad, Ignacio Arsuaga, atendió a los medios junto a la gasolinera en que se esperaba al autobús, pero los insultos, amenazas y lanzamiento de dos huevos y un bote de kétchup por parte de un reducido grupo de jóvenes motivó que abandonase el lugar escoltado por agentes policiales y se refugiase en un taxi que lo llevó a Barcelona.

En las inmediaciones de la plaza Sant Jaume de la capital catalana, los miembros de Hazte Oír vivieron el tercer revés del día. Manifestantes contrarios a la campaña les arrojaron agua, huevos y pintura. Los Mossos dispersaron a la multitud con porrazos y empujones. Y los miembros de Hazte Oír volvieron a irse en taxi.