El Pentágono costeará los cambios de sexo de los soldados de EEUU

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La ex soldado de EEUU Chelsea Manning (dcha.), antes conocida como Bradley Manning (izda.) EL MUNDO

Desde este martes, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos pagarán los costes de las operaciones de cambio de sexo de sus soldados y también correrán con buena parte del coste de tratamientos similares para las familias de éstos. Es un cambio drástico en una institución que, hasta hace justo cinco años, no admitía a homosexuales en sus filas, y que hasta hace apenas cuatro meses atrás no toleró la presencia de personas que han cambiado de sexo. Y una distinción más entre los militares, que reciben tratamiento médico pagado por el contribuyente, y el resto de la población, que se lo tiene que pagar.

Desde el punto de vista presupuestario, la medida es apenas una gota en un océano: el Pentágono estima que el coste del programa será de alrededor de 8,4 millones de dólares (7,5 millones de euros) en un presupuesto que ronda los 600.000 millones de dólares (más de medio billón de euros), cuando se suman partidas como la NASA (que destina la mitad de su gasto a misiones militares) o el Departamento de Energía (cuya principal misión es el mantenimiento de bombas atómicas), la CIA (que gasta ella sola tres veces lo que España en defensa). Cada cirugía de cambio se sexo cuesta entre 7.000 y 50.000 dólares (de 6.200 a 44.000 euros), según la prensa estadounidense.

La clave está en el simbolismo de la decisión. Y, ahí, paradójicamente, el Departamento de Defensa de EEUU se las ha arreglado para enfadar a todo el mundo. Por un lado, asociaciones como el Centro para la Preparación Militar y laAlianza de Capellanes Militares por la Libertad Religiosahan criticado la normativa como un uso de dinero del contribuyente en una materia que no tiene absolutamente nada que ver con la defensa. Sin embargo, el Centro Nacional para la Igualdad Transgénero ha calificado el cambio como insuficiente, dado que no financia el 100% de los cambios de sexo de los familiares de los soldados.

La primera beneficiada por la noticia ha sido una persona que fue condenada a 35 años de cárcel en un consejo de guerra y que no saldrá de prisión hasta 2048, cuando tenga 61 años de edad: Chelsea Manning, antes conocido como Bradley Manning, que filtró a la organización Wikileaks cerca de medio millón de documentos internos del Departamento de Defensa, además de varios vídeos de operaciones en Irak y Afganistán.

Manning anunció en septiembre que las autoridades estadounidenses iban a pagarle su operación de reasignación sexual (así es como se denomina en EEUU al procedimiento). El 28 de julio, Manning protagonizó un intento de suicidio que su defensa atribuye a su deseo de cambiar de sexo.

La decisión también muestra cómo los militares estadounidenses -que votan republicano en una proporción de cuatro a uno y se oponen mayoritariamente a la reforma sanitaria de Barack Obama- son, curiosamente, los ciudadanos de ese país que disfrutan de mejor atención médica y, encima, pagada por el contribuyente.

Los civiles estadounidenses tienen que contratar seguros médicos muy caros (con unas pólizas mínimas de 500 dólares mensuales que, por ejemplo, no cubren quimioterapia) que, además, no incluyen operaciones de cambio de sexo, ya que consideran cirugía plástica a este tipo de procedimientos, que suelen incorporar tratamiento psicológico y terapia con hormonas.