Chrysallis EH dice que la guía no contempla la atención a las familias

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La asociación Chrysallis Euskal Herria, que agrupa a familias de menores transexuales, dice que la Guía Integral de atención a transexuales garantiza atención sanitaria, pero no familiar.

La Asociación Chrysallis Euskal Herria, que agrupa a familias de menores transexuales, ha afirmado que la Guía Integral de atención a personas transexuales del Gobierno vasco, presentada este viernes, “garantiza una atención sanitaria desde el respeto a los menores” pero no contempla un Servicio de Atención a familias.

La asociación ha afirmado que valora “muy positivamente” la actitud del Departamento de Salud, con quien, han indicado, han mantenido un “diálogo fluido”. Chrysallis Euskal Herria ha asegurado, a este respecto, que, tras “ceder cada una de las partes en diversos aspectos”, se “ha alcanzado un documento de consenso”, que creen “garantiza una atención sanitaria desde el respeto a los menores”.

En materia de política familiar, la asociación ha recordado que solicitó la puesta en marcha de un Servicio de Atención a familias, que desde el Departamento de Política Social “no se ha contemplado”, por lo que “en estos momentos, la atención se lleva a cabo familia a familia desde Chrysallis, no cuenta con ninguna ayuda”.

La asociación ha indicado, por otro lado, que el Departamento de Educación solicitó a Chrysallis EH un documento sobre el que elaboró el protocolo que ahora presenta, por lo que “siendo la base un documento de Chrysallis, la atención a los menores en situación de transexualidad queda garantizada”.

No obstante, según han dicho, el Departamento de Educación “quiso incluir en el título otras realidades como la de los menores con comportamiento de género no normativo, a los que en la introducción de la versión en castellano se llama ‘travestis’, ‘drag queens'”, pero el protocolo no incluye medidas de atención para ellos, por lo que resulta “confuso e incompleto”.

Chrysallis Euskal Herria considera “imprescindible” establecer un Plan de Formación Integral del personal docente y no docente en los centros educativos donde hay menores en situación de transexualidad, cuestión que “no está siendo garantizada por el Gobierno vasco”.

La asociación ha indicado, por último, que el Gobierno vasco “sigue sin hacerse cargo de las labores de visibilización de esta realidad, algo vital para que estos menores sean comprendidos y acompañados”.

Transexualitateari arreta «integrala» emateko gida bat aurkeztu dute

Arantza Aurrekoetxea, Guillermo Viñegra eta Lide Amilibia, atzo, gidaren aurkezpenean

Arantza Aurrekoetxea, Guillermo Viñegra eta Lide Amilibia, atzo, gidaren aurkezpenean. JAIZKI FONTANEDA / ARGAZKI PRESS

Transexualitatea despatologizatzeko lehentasuna jarri du Eusko Jaurlaritzak, baina proba batzuk mantenduko ditu. Hezkuntzan, osasunean eta eremu sozialean baliatzeko aholkuak bildu dituzte

«Transexualitatea ez da desoreka bat, ez buruko gaixotasun bat, ezta soziopatia bat ere; aniztasun gertaera bat da». Hala jaso du Eusko Jaurlaritzak transexualitate egoeran dauden pertsonei arreta emateko gidako sarreran. Arreta hori modu «integralean» emateko irizpideak zehaztu dituzte bertan. Hezkuntza, eremu soziala eta osasun arreta hartzen ditu aintzat, eta hainbat jardunbide aholkatzen ditu transexualitatea ez patologizatzeko edo estigmatizatzeko.

Eusko Legebiltzarrak 2012an onartu zuen transexualak genero identitateagatik ez baztertzeari buruzko legea. Bertan, osasun arretarako gida bat aurreikusi zuen, baina Eusko Jaurlaritzak beste esparru batzuetara ere zabaldu du. Hori dela eta, hiru sailetako ordezkariak egon ziren gidaren aurkezpenean atzo: Arantza Aurrekoetxea Hezkuntza sailburuordea, Lide Amilibia Gizarte Politiketarako sailburuordea eta Guillermo Viñegra Osasun sailburuordea.

Osasun eremuari dagokionez, Viñegrak nabarmendu du transexualitatea «despatologizatzeko» lehentasuna: hau da, ez dadila tratatu gaixotasun moduan. Edonola ere, «eskubide oinarrizkoenak» baliatu ahal izateko behar dituzten osasun zerbitzuen beharra aitortzen du. Edonola ere, osasun zerbitzu horiek jaso ahal izateko, transexualitate egoera egiaztatzeko probak aurreikusi ditu Osasun Sailak.

Tratamenduak Gurutzetako erietxean bilduko dira (Barakaldo, Bizkaia), Genero Nortasunaren Nahasteetako Unitatean. Transexualitate egoeran dauden pertsonak hara bideratzeko aholkuak jasotzen ditu gidak, dela osasun arloaren eremuan, dela hezkuntzan. Halaber, unitatean abiarazi beharreko pausoak ere jasotzen ditu: lehen mailako arreta, harrera egiteko prozedurak, kasuak identifikatzea…

Irakasle prestakuntzarik ez

Hezkuntzan, «eskola inklusiboaren» ikuspuntutik heltzen dio gaiari gidak. Lan horretan ikastetxeen, familien eta komunitateko beste eragileen arteko koordinazioa eta lankidetza nabarmendu du Aurrekoetxeak: egoerak antzemateko komunikazioa, erabakiak hartzea, ikastetxeko antolaketa neurriak, diskriminazioa saihesteko prozedurak… Elkarteek, baina, irakasleei prestakuntza falta zaiela jakinarazi dute.

Gizarte Politiketako Sailak Berdindu zerbitzu publikoaren balioa nabarmendu du. Edonola ere, hor ere kritika egin dute elkarteek: administrazioan ez dago zerbitzurik transexualitate egoeran daudenen familiei arreta emateko. Gaur egun hirugarren sektorea arduratzen da informazio hori emateaz, baina egiteko hori administrazioari dagokiola uste dute eragileek.

La identidad sexual está en el cerebro

Los genitales no siempre determinan el sexo. La transexualidad vivida en la infancia puede provocar la alarma de los padres, pero hay que buscar ayuda y afrontarla con naturalidad

Los adultos deben respetar la progresión de cada niño o adolescente transexual y no precipitarse a la hora de designar lo que creen que les puede ocurrir o lo que les viene mejor

Los adultos deben respetar la progresión de cada niño o adolescente transexual y no precipitarse a la hora de designar lo que creen que les puede ocurrir o lo que les viene mejor. / ILUSTRACIÓN: SR. GARCÏA

Imagine por un momento que uno de sus mejores amigos le dice un buen día que su hijo Pedrito, de apenas cinco años, es transexual. Vamos a dar por hecho que como se trata de una familia cercana y querida no se ha llevado las manos a la cabeza ni ha reaccionado con espanto ante la idea de que en adelante tendrá que decir adiós a Pedrito y darle la bienvenida a Paula. Vamos a dar por hecho también que sabe que la transexualidad no es una enfermedad y que la Asociación Americana de Psiquiatría la excluyó de su Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales (DSM5), la referencia en esta especialidad a nivel mundial, allá por diciembre de 2012.

A pesar de todo ello es muy posible que la mayoría de los que hayan hecho este ejercicio de imaginación hayan sentido una mezcla de asombro, perplejidad, desorientación, preocupación y por qué no admitirlo, algo de alarma. Seguro que no por ustedes, sino por el futuro que le aguarda a esa niña y por el dificilísimo papel que tiene por delante su familia.

A pesar de todo ello es muy posible que la mayoría de los que hayan hecho este ejercicio de imaginación hayan sentido una mezcla de asombro, perplejidad, desorientación, preocupación y por qué no admitirlo, algo de alarma. Seguro que no por ustedes, sino por el futuro que le aguarda a esa niña y por el dificilísimo papel que tiene por delante su familia.

Pues bien, borre todos estos pensamientos y empecemos de nuevo. «Es normal reaccionar de esta manera no por maldad, sino por puro desconocimiento. En nuestras cabezas persisten estereotipos negativos asociados a la persona transexual. Adicciones, trastornos mentales, suicidio, prostitución, marginalidad… y nadie quiere eso para sus hijos», explica Almudena Herranz, especialista en transexualidad infantil y juvenil, además de directora del Centro Sexorum.

De hecho, de todos los problemas que suelen asociarse a la transexualidad ninguno de ellos es intrínseco a la incongruencia que existe entre el sexo con el que se nace y el género con el que se identifican las personas transexuales. Se trata de efectos colaterales muy negativos derivados del rechazo, del acoso, de la persecución y de la discriminación de la que tradicionalmente han sido objeto.

Precisamente para evitar estos daños y la perpetuación de los estereotipos es necesario dar un giro a la manera que tenemos de mirar esta manifestación de la diversidad sexual. «Todo va a depender del entorno en el que le toque desenvolverse a cada pequeño. Queda un largo camino por recorrer, pero se han roto muchos clichés. Hemos constatado que una vez que la gente recibe la información correcta las cosas discurren mejor de lo que creemos», desdramatiza Herranz.

Cuestión de sentimientos

La identidad sexual o de género no reside en las preferencias amorosas o sexuales de cada persona, sino en sentirse hombre o mujer. Es decir, no se trata de si a una persona le atraen las mujeres, los hombres o ambos; sino de ser una fémina o un varón. «Al nacer, determinamos el sexo en función de los genitales. Los niños tienen pene y las niñas vagina. Casi siempre es así, pero no siempre y en ocasiones la genitalidad y el sentimiento de identidad no van de la mano», argumenta José Luis Carrasco, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid y Director Científico de la Unidad de Personalidad y Comportamiento del Hospital Rúber Juan Bravo del grupo Quirónsalud.

Numerosas investigaciones apuntan que la identidad sexual tiene una base biológica. Una de las más recientes, publicada en ‘Journal of Neuroscience’ hace un par de años, reveló diferencias significativas en la microestructura de las conexiones cerebrales entre hombres y mujeres. Asimismo estableció que las conexiones cerebrales de las personas transexuales estarían en una posición intermedia entre las de ambos sexos.

Los escáneres de los participantes revelaron una estrecha relación entre las redes de conectividad neuronal y sus niveles de testosterona. Según los autores, esto avala que «la identidad sexual se refleja en las redes neurológicas que se forman bajo la influencia moduladora de las hormonas sexuales en el transcurso del desarrollo del sistema nervioso».

Por su parte, un trabajo español recogido en las páginas de la revista ‘Cerebral Cortex’ en 2012 también realizó importantes hallazgos partiendo del estudio de la corteza cerebral; un área neurológica cuyo grosor está ligado al género (las mujeres tienen esta zona más gruesa que los varones).

La corteza cerebral de los varones que se sienten mujeres es similar al grosor de la corteza femenina. En el caso de las mujeres transexuales no se apreciaron diferencias respecto a las demás mujeres, lo que implica que el espesor del tejido de las personas transexuales se corresponde con la identidad sexual que sienten y no con los genitales con los que han nacido. Además, los investigadores descubrieron que en determinadas regiones cerebrales localizadas en el hemisferio derecho, las mujeres y hombres transexuales que participaron en el seguimiento presentaban rasgos de masculinización y feminización respectivamente, lo que les situaba en un punto intermedio entre ambos sexos y que podría explicar, al menos en parte, la discordancia entre su género y su genitalidad.

Sentido común

Independientemente de las bases biológicas de la transexualidad, los expertos y asociaciones que trabajan este tema coinciden en señalar tres claves para afrontarlo correctamente: «Sentido común, naturalidad e información», señala Natalia Aventín, presidenta de Chrysallis, una asociación de familias de niños y adolescentes transexuales que canaliza la búsqueda de ayuda de todas esas familias que no desean ver crecer a sus hijos como bichos raros que sufren algo que únicamente les sucede a ellos.

Aventín, madre de un niño transexual de 13 años, llegó a la asociación que ahora preside «como casi todos; con una desorientación y una falta de información total».

¿Es mi hijo transexual?

La transexualidad no es una enfermedad, de manera que la forma de identificarla no se reduce a la observación de una serie de signos y síntomas. «La mejor síntesis que podemos hacer es que no hay manera de saberlo hasta que ellos mismos lo expresan», resume Almudena Herranz. De esta forma, los padres pueden empezar a percibir que su pequeño es transexual en torno a los dos o tres años de edad, que es cuando los niños toman conciencia de su identidad personal y emplean el lenguaje (oral y de otro tipo) para expresarse, definirse y hablar de sí mismos.

«Haciendo una escucha activa los padres se van dando cuenta de si el niño se refiere a sí mismo en femenino o masculino, cómo se dibuja, cómo le gusta vestirse o disfrazarse, con qué iguales se identifica… », enumera la psicóloga.

No obstante, estas manifestaciones van a depender mucho del ritmo de maduración de cada pequeño, de su carácter y de la percepción que tienen acerca del impacto que su circunstancia puede causar en su entorno. De esta forma, hay niños que pueden reivindicar constantemente su género e incluso enfadarse o desarrollar conductas agresivas cuando se les confunde con alguien del sexo contrario. Sin embargo, otros optarán por la evitación o la ocultación si son más retraídos o si, por ejemplo, perciben que su identidad sexual va a provocar rechazo o angustia en su entorno.

En opinión de los especialistas, los adultos deben respetar la progresión de cada niño o adolescente transexual y no precipitarse a la hora de designar lo que creen que les puede ocurrir o lo que les viene mejor. «Ese respeto forma parte de una estrategia unívoca en apoyo de la persona que está formulando su identidad sexual», explica el doctor Carrasco.

Asimismo abogan porque los progenitores se mantengan en un estado de ‘semialerta’ que les capacite para acompañar al menor transexual en cada momento de su desarrollo. «No es fácil adoptar esta actitud. A veces los padres sienten que es como si se cruzasen de brazos, pero es el menor quien debe dirigir el proceso y nosotros tenemos que procurar que sea lo más fácil posible para ellos», agrega el doctor.

Recursos para familias: Chrysallis. Grupo de apoyo; Guía para Familias con hijos e hijas transexuales. Documento; Unidad de Identidad de Género Barnaclinic+, en el Clinic de Barcelona; TRANS-fondo. Un cuento para ayudar a comprender.

Cómo hacer el camino más fácil

-En la familia. El término ‘acompañar’ es quizá el que mejor sintetiza el papel de la familia en estos casos. Una vez que se ha identificado, hay que tratar al niño o niña transexual conforme al género con el que se identifica en lo referente al nombre, la ropa, los juegos… Cada caso y cada entorno es diferente, pero por regla general no es conveniente ocultarlo al resto de familiares ni cambiarlos de colegio, dado que esto contribuye a estigmatizarlos. Hay que respetar los tiempos de cada pequeño porque no todos evolucionan de la misma manera. Buscar ayuda especializada (canalizada por asociaciones formadas por otras familias) libera de muchos miedos, ansiedad y estrés a unas familias que normalmente están desorientadas y desinformadas.

-Protocolos en los colegios. Los centros escolares pueden ‘registrar’ al alumno transexual con el nombre que desea llevar independientemente de su documentación oficial. Asimismo, deben favorecer que el resto de compañeros entiendan la circunstancia de su compañero explicándola con naturalidad y tratarle en función del género con el que se sienta identificado. Es necesario facilitarle el acceso a vestuarios, baños y actividades conforme a dicho género y permitirle usar el uniforme con el que se sienta cómodo.

-En el ámbito legal. El cambio de nombre y género de una persona transexual debería ser un proceso más sencillo, ágil y barato. Corregir la incongruencia en la que vive una persona transexual en su documentación oficial (DNI, tarjeta sanitaria, pasaporte…) evita muchas situaciones cotidianas que pueden provocar un daño innecesario como, por ejemplo, cuando se pasa lista o se publican los nombres de los admitidos a un curso, se llama en voz alta en el médico…

-En el sistema sanitario. Las familias reclaman un acceso más igualitario a la sanidad, dado que ahora hay un protocolo diferente en cada Comunidad Autónoma. Asimismo, desean una atención específica a los menores transexuales por las vías ordinarias y por parte de personal con formación específica en transexualidad infantil y juvenil. Finalmente, solicitan un acceso más sencillo a los fármacos bloqueadores de la pubertad para menores de edad.