“A los jóvenes transexuales el sistema no nos deja existir”

Terminar los estudios, conseguir trabajo o independizarse son algunos de los principales problemas a los que se enfrenta la actual juventud española. Éstas y otras situaciones de la vida cotidiana se complican para los jóvenes transexuales.

“La etapa educativa es una de las más complicadas de afrontar cuando estás en una transición, es difícil encontrar centros inclusivos donde se respeten las diferencias y se pongan medidas reales para parar el acoso hacia el alumnado trans”, dice Ángela Sotogrande. Esta joven transexual no abandonó en ningún momento sus estudios porque tenía claro que “sin estudios y siendo trans, seguramente no llegaría a ninguna parte”.

Sin embargo, el caso de Ángela es diferente al de Elizabeth, que tuvo que cambiar de instituto porque el centro privado en el que estudiaba no ofrecía ninguna medida para acomodar a una alumna trans. O el caso de Paula, que abandonó el entorno escolar hasta en dos ocasiones.

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Según el estudio Transexualidad en España, Análisis de la realidad social y factores psicosociales asociados, solo un 39,2% de los jóvenes hizo visible su transexualidad cuando estudiaba. Los jóvenes transexuales coinciden a la hora de calificar los espacios educativos como entornos no inclusivos, especialmente durante la educación secundaria, cuando el sistema binario irrumpe con fuerza y los niños y las niñas tratan de encajar en uno de los estereotipos establecidos.

Para estos jóvenes transexuales el problema es de base. Creen que los roles de género en los que se educa a los niños son rígidos y los espacios educativos no educan sobre la diversidad ni invitan a que los alumnos se comporten como son. Además, acusan a leyes como la LOMCE de obstaculizar el crecimiento de entornos seguros y respetuosos en los que se persiga la transfobia, o cualquier otro tipo de acoso.

El difícil acceso a un puesto de trabajo

El problema del desempleo – que alcanza a un 46,5% de los jóvenes españoles– se agrava en el caso de los jóvenes transexuales, quienes suelen estar expuestos a la transfobia en el ámbito del trabajo. “A la hora de hacer el curriculum, ¿qué nombre pongo? ¿El legal o el mío? Y en la entrevista, ¿lo cuento o espero? ¿Y si me contratan y luego me piden el DNI?” Éstas son algunas de las preguntas que estos jóvenes se hacen a la hora de tratar de conseguir un empleo. “Te tienes que enfrentar a tus miedos como persona para hacer un simple curriculum” dice Rion, un joven de 21 años, que confiesa tener miedo a enfrentarse a la búsqueda de trabajo.

El abandono del sistema educativo o la falta de concordancia de su imagen corporal con su nombre en el DNI son algunas de las razones que dificultan el acceso de estos jóvenes a un trabajo digno. “Hay ciertos trabajos a los que no podemos acceder si nuestra imagen no coordina con la que la sociedad establece”, dice Marcos, quien en más de una ocasión no ha sido contratado por esta razón.

Aitor, estudiante del Grado en Educación Primaria, también experimentó rechazo cuando solicitó hacer prácticas como monitor en un campamento: “Me dijeron que si tuviera cambiada mi documentación sí que podría trabajar, no tiene sentido porque es un papel donde pone un nombre y un sexo, no tiene nada que ver con lo que soy”.

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La precariedad también es un problema frecuente entre aquellos que consiguen un puesto de trabajo. Según el estudio elaborado por la Universidad de Málaga en 2011, un 33,3% de los personas transexuales tiene ingresos inferiores a 600 euros y más del 55% señala haber tenido algún conflicto en el trabajo al hacer pública su transexualidad. Esto hace que muchos jóvenes dirijan sus intenciones laborales hacia ámbitos “más abiertos” como la educación, la psicología o el propio ámbito trans. “Lo más probable es que termines siendo autónomo porque te das cuenta de que nadie te va a contratar”, dice Marcos.

Estos jóvenes también coinciden en que las medidas de discriminación positiva en el acceso al empleo –que se aplican en comunidades como Navarra– son solo una solución temporal. “Son facilidades para llegar a las mismas oportunidades que tiene otra persona, si cambiase el sistema y no fuera necesario encajarte en un género para acceder a un puesto de trabajo, no necesitaríamos la discriminación positiva”, opina Marcos. Sin embargo, para otros jóvenes como Paula, la discriminación positiva no ayuda a normalizar la situación: “Yo, como persona trans no pido privilegios, pero tampoco pido perjuicios”, asegura esta joven.

La emancipación forzada

Las trabas que estos jóvenes encuentran a la hora de encontrar trabajo también limitan sus posibilidades de independizarse económicamente. Según el último informe publicado por el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud, el 80% de los menores de 30 años de nuestro país aún no ha conseguido emanciparse. El apoyo económico de la familia continúa siendo una de las principales fuentes de ingresos para los jóvenes españoles, un apoyo fundamental para los jóvenes trans, quienes no siempre encuentran la aceptación dentro de su familia.

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Para ellos, muchas veces no existe la opción de una emancipación normal: “muchos jóvenes trans que viven fuera de casa lo hacen porque no han recibido apoyo familiar” nos cuenta Paula desde Galicia. Es el caso de Marcos que se marchó de casa a los 23 obligado por la insostenible situación que estaba viviendo. A día de hoy, con 27 años, Marcos vive de nuevo con su madre de quien aún depende económicamente. Este caso es habitual, tal y como nos cuenta Leo Mulió, psicólogo de la Fundación Daniela, dedicada a la defensa de los derechos de menores y jóvenes transexuales. Leo recibe muchos casos de jóvenes trans que no inician su cambio por miedo de quedarse en la calle: “El ser dependiente económicamente muchas veces frena y dificulta el proceso de cambio”.

Las dificultades de la vida cotidiana

Actividades tan normales como utilizar la tarjeta de crédito, viajar, practicar deporte o incluso usar un cuarto de baño se convierten en situaciones de conflicto a las que los jóvenes transexuales se tienen que enfrentar en su día a día. El proceso para conseguir un nuevo DNI es largo y complicado y la falta de concordancia entre su imagen corporal y su nombre legal hace que constantemente tengan que dar explicaciones. En la universidad, en el banco, en el médico… Son muchos los ámbitos en los que estos jóvenes encuentran problemas. “Te sientes vulnerable, sientes que la ley no te respalda, que tienes que ir a contracorriente cada día”, confiesa Marcos.

“Es absurdo, únicamente tener cambiado el DNI indica si eres ‘una mujer’ o ‘un hombre’ de verdad”, dice Andrea, quien sueña con poder competir en Atletismo. A pesar de tener apariencia femenina, la Federación le impide competir con el resto de chicas hasta que esta joven trans no consiga legalmente el cambio de identidad. Para Rion, la razón de que surjan todos estos problemas cotidianos es que “la gente necesita identificarte, ponerte en una caja o en la otra. No entienden que puede haber una tercera, una cuarta o las que sean”.

Asesinados a machetazos dos activistas gais en Bangladés

Xulhaz Mannan, una de las víctimas, era el fundador de la ‘Reunión del Arcoíris’, un encuentro anual creado en 2014 y que se celebra cada 14 de abril en coincidencia con el año nuevo bangladesí

Agentes de Policía trasladan los cuerpos de Xulhaz Mannan y Mahbub Tonoy

Agentes de Policía trasladan los cuerpos de Xulhaz Mannan y Mahbub Tonoy. / Abir Abdullah (Efe)

Dos militantes de la comunidad gay de Bangladés, uno de ellos empleado de la embajada estadounidense, han sido asesinados este lunes a machetazos en un apartamento, en un ataque en el que una tercera persona ha resultado herida. Últimamente se ha producido también una serie de ataques contra militantes y profesores laicos en este país ubicado al sur de India.

“Atacantes desconocidos ingresaron en un apartamento y a golpes de machete asesinaron a dos personas. Otra persona resultó herida”, ha precisado el portavoz de la Policía de Daca, Maruf Hussein Sorder. Los agresores gritaron “¡Alá akbar!”, según testigos interrogados por la cadena de TV local Jamuna.

Si bien la Policía no ha desvelado las identidades de los muertos, un portavoz del grupo gay ‘Boys of Bangladesh’ informó en un mensaje de texto de que el editor de la revista Roopbaan, Xulhaz Mannan, estaba entre las víctimas. Mannam trabajaba además para la embajada de Estados Unidos. El otro asesinado sería, según la fuente, Mahbub Tonoy, también activista gay y miembro del comité ejecutivo de la revista.

Mannan fue el fundador y organizador de la ‘Reunión del Arcoíris’, un encuentro anual de la comunidad creado en 2014 y que se celebra cada 14 de abril en coincidencia con el año nuevo bangladesí. Sin embargo este año la realización del encuentro había sido suspendida por la Policía por cuestiones de seguridad, después de que los organizadores fueron amenazados por grupos islamistas.

La comunidad homosexual es muy discriminada y perseguida en Bangladés, país de mayoría musulmana.

Un juez decide que la pareja gay retenida en Tailandia se pueda llevar a su hija a España: “Llevamos 15 meses luchando”

Gordon Lake y Manuel Santos, con Carmen, nacida en Tailandia mediante gestación subrogada

Gordon Lake y Manuel Santos, con Carmen, nacida en Tailandia mediante gestación subrogada EFE

La batalla legal en la que están envueltos Bud Lake y Manuel Santos en Tailandia ha tenido su desenlace este martes. La pareja podrá quedarse con Carmen, que nació hace un año mediante gestación subrogada, y regresar a su casa en Valencia. Un juez ha decidido sobre la custodia de la niña, que ambos se disputan con la madre gestante, la cual no ha firmado el documento que precisan para que la menor obtenga el pasaporte y puedan abandonar el país. “No hay manera de expresar con palabras lo que estamos sintiendo, hoy es un gran día para los derechos LGTB” ha publicado la pareja a través de Facebook tras conocer el fallo del jurado.

El matrimonio, que tiene otro hijo de dos años gestado en India mediante la misma técnica, ha estado viviendo en Tailandia desde enero de 2015, cuando nació la niña, a la que han estado cuidando mientras se soluciona el conflicto. “Carmen es nuestra hija y llevamos 15 meses luchando para que se reconozcan nuestros derechos”, sostiene Santos en declaraciones a eldiario.es. Todo un proceso que, afirma, han seguido “sin ningún tipo de ayuda de nuestras embajadas”. Bud es norteamericano y Manuel, español.

El conflicto se inició al poco tiempo de que Patidta Kusolsang, la mujer gestante, diera a luz a Carmen, concebida con el esperma de Gordon y el óvulo de una donante anónima. Ambos decidieron comenzar el proceso en Tailandia a través de una agencia, ya que en España es ilegal. En nuestro país la Ley 14/2006 de 26 de mayo sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida lo prohíbe expresamente.

Pero el tema está expuesto a un enorme debate entre aquellos que apuestan por regular la práctica, como la Asociación Son Nuestros Hijos y los que consideran que supone “la mercantilización del cuerpo de la mujer y fomenta su explotación”, tal y como considera el Partido Feminista, que la semana pasada interpuso una denuncia contra los organizadores de una feria de vientres de alquiler que se celebrará en Madrid los próximos 7 y 8 de mayo.

El movimiento #BringCarmenHome

Según el matrimonio, días después de que en el hospital Kusolsang diese el consentimiento para que se llevaran a la niña a casa, no acudió a la embajada de Estados Unidos en Bangkok para firmar el documento necesario para que pudiera salir de Tailandia. Trataron de llegar a un acuerdo sin éxito, lo que les condujo a comenzar el proceso en los tribunales.

El motivo que esgrimió entonces Kusolang fue que no son una pareja “ordinaria”, en referencia a su orientación sexual. “Luego conforme el tiempo pasaba, fueron muchas otras excusas y acusaciones, entre ellas, que estábamos involucrados en el tráfico de personas”, afirma el matrimonio.

La defensa de Kusolang asegura que la mujer se enteró de la condición sexual de la pareja el día del nacimiento de Carmen, cuando vio los documentos en la habitación del hospital, según afirmó en declaraciones recogidas por The Guardian. Pero la razón del conflicto no es esa, sino que se ha arrepentido y “ahora jamás vendería a su bebé por dinero”, sostiene su abogada.

“No es nuestra culpa si la agencia New Life, principal responsable de esta pesadilla, no le comunicó que somos gays”, sostiene Santos a través de Facebook. Las redes sociales han sido fundamentales a la hora de difundir su caso, que se convirtió en el movimiento #BringCarmenHome. La actividad no ha frenado en Twitter e Instagram y la petición online que lanzaron para recabar apoyos alcanzó casi 170.000 firmas.

“Ahora sólo queremos volver a nuestras vidas normales” ha publicado la pareja esta mañana a través de su página de Facebook donde también han agradecido el apoyo recibido y han anunciado que publicarán un libro para contar toda su experiencia. “Amamos Tailandia y prometemos que volveremos a menudo para enseñar a nuestros hijos a amar este país” añaden en su comunicado los padres de la pequeña, quienes proponen que el movimiento que se inició bajo la etiqueta #BringCarmenHome pase a llamarse #Carmensgoinghome.

El cambio de ley en Tailandia

Cuando Carmen tenía ocho meses entró en vigor en Tailandia la ley que prohíbe expresamente la maternidad subrogada a extranjeros y a parejas homosexuales, lo que provocó que la agencia New Life cerrara. Sin embargo, la norma incluye una disposición transitoria a la que pueden acogerse los padres que hayan iniciado el proceso de gestación con anterioridad. En ello se amparan Lake y Santos, que aseguran “haber luchado e intentado que el país reconozca nuestro matrimonio, perfectamente legal en nuestros países”.

Tailandia, tradicionalmente considerado como una de las principales industrias de vientres de alquiler en el mundo debido a los bajos precios y al vacío legal en el que estaba sumido, decidió cambiar la ley por dos casos que le hicieron saltar a las portadas de los medios internacionales. El primero, el de un padre japonés que había engendrado a 16 hijos, en su mayoría a través de vientres de alquiler. El segundo, el de una pareja que abandonó a su hija nacida mediante gestación subrogada por tener síndrome de Down.

Los casos vinculados a la explotación y la polémica que suscita el tema llevaron a Lake y Santos a asegurarse de que Kusolsang “es una mujer con un alto poder adquisitivo, más que nosotros, que aceptó voluntariamente gestar a nuestro bebé”. La batalla legal del matrimonio se ha centrado también en demostrar que “somos una familia preparada para criar unos hijos felices y Carmen debe criarse con la familia que conoce desde el día en que nació”. La ley tailandesa “habla de que, por encima de todo, se velará por el bienestar del bebé”.

La Justicia tailandesa concede la custodia del bebé a la pareja gay que peleaba con la madre gestante

El español Manuel Santos, tras conocer la sentencia

El español Manuel Santos, tras conocer la sentencia. EFE

Un tribunal de Tailandia ha concedido la custodia de una niña subrogada, Carmen, a una pareja de homosexuales, el español Manuel Santos y el estadounidense Gordon Lake, tras una larga batalla legal con la madre gestante tailandesa.”Después de 15 meses Carmen podrá viajar a España (…) donde conocerá su habitación y el resto de su familia”, señaló Santos a Efe a la salida del tribunal de Bangkok.Carmen, nacida el 17 de enero de 2015, fue concebida con el esperma de Gordon y el óvulo de una donante anónima y gestada por la tailandesa Patidta Kusonsrang, que, 10 días después de dar a luz, reclamó la custodia del bebé. Sin embargo, Carmen tendrá que solventar aún los obstáculos de la Justicia española, porque los vientres de alquiler no son legales en nuestro país y, por tanto, Manuel Santos y Gordon Lake no podrán registrarla como hija de los dos. Sólo podrá aparecer como padre uno de ellos. Manuel, con los brazos extendidos en señal de la victoria y lágrimas en los ojos, agradeció el apoyo recibido por los tailandeses durante estos duros meses de lucha por la custodia de la pequeña.”Estamos muy felices porque esta pesadilla terminará pronto (…) Desde el principio confiábamos en esta decisión. Amamos a Carmen y tiene que crecer con nosotros, la única familia que ha conocido”, declaró el español.El matrimonio Santos-Lake tendrá aún que esperar unos días, hasta que el borrador de la sentencia sea ratificado y firmado por el magistrado, para solicitar el pasaporte estadounidense que permita a Carmen dejar Tailandia con destino a España, donde habitualmente reside la pareja.Tras un proceso de subrogación que discurrió con normalidad, el 17 de enero de 2015 nació Carmen Lake, concebida con el esperma de Gordon y el óvulo de una donante anónima y gestada por la tailandesa Patidta Kusonsrang.Los problemas surgieron cuando Patidta, quien en el hospital firmó los papeles que le otorgan la paternidad a Lake, no acudió unos 10 días después del alumbramiento a la embajada de Estados Unidos en Bangkok para ultimar la documentación necesaria a fin de que la bebé pudiera salir del país.El matrimonio Lake-Santos, quienes tienen otro hijo subrogado concebido hace más de dos años en India y que se encuentra en la actualidad en España, trataron de llegar a un acuerdo amistoso con Patidta, pero ante la falta de avances reclamaron la custodia en los tribunales.Patidta expresó por entonces sus reservas debido a que los padres “no son normales”, en referencia a su orientación sexual.Ante las acusaciones, la pareja homosexual interpuso una denuncia por difamación que también se encuentra en los tribunales y proseguirá con una demanda civil para “tratar de compensar los daños causados”.”Continuaremos con todas las causas”, aseguró este martes Santos.Patidta, quien se encontraba en la sala en el momento de la lectura de la sentencia, tiene la oportunidad de apelar.El Parlamento tailandés, elegido a dedo por el régimen militar, promulgó en febrero de 2015 leyes que prohíben a los extranjeros acceder a madres subrogadas, tras controvertidos incidentes con hijos subrogados de una pareja australiana y un japonés.La nueva normativa, que entró en vigencia en julio de 2015, no afecta en principio al caso de Carmen, ya que nació antes de su aprobación.Tras un año y tres meses “atrapados” en Tailandia, Carmen podrá volar a su casa “pronto” a su casa, sentenció Santos.

Una pareja homosexual gana la batalla por la custodia de una niña nacida por maternidad subrogada

El tribunal ha concedido la custodia legal a uno de los miembros del matrimonio, Gordon Lake, que es el padre biológico de la niña. La pareja ha permanecido bloqueada en Tailandia desde que el país aprobó una ley para prohibir esta práctica.

El caso de el l ciudadano español Manuel Santos y su marido, el estadounidense Gordon Lake

El caso de el l ciudadano español Manuel Santos y su marido, el estadounidense Gordon Lake, se ha visto perjudicado por el hecho de que la legislación tailandesa no reconoce a los matrimonios de personas del mismo sexo y por la nueva ley que prohíbe la maternidad subrogada

MADRID.- El ciudadano español Manuel Santos y su marido, el estadounidense Gordon Lake, han logrado ganar la batalla legal para que les concedan la custodia de Carmen, una niña nacida por maternidad subrogada de una mujer tailandesa que, al enterarse de que eran homosexuales, se negó a entregársela, ha informado el diario The Bangkok Post.

La abogada de Santos y Lake, Rachapol Sirikulchit, ha confirmado a la prensa que el Juzgado de Familia y Menores de Bangkok ha dictaminado que la custodia corresponde a Lake, que es el padre biológico de la niña.

“El tribunal ha concedido la custodia legal de Carmen Lake a Gordon Lake, mi cliente, y ha dicho que mi cliente es único tutor”, ha explicado Rachapol, a la salida del tribunal. Lake y su marido, el español Manuel Santos, han permanecido bloqueados en Tailandia desde que el país aprobó una ley para prohibir la maternidad subrogada, una norma que entró en vigor en julio de 2015, varios meses después de que naciera Carmen, en enero de ese año.

Santos ha salido sonriendo y llorando de felicidad del tribunal. “Hemos ganado”, ha asegurado ante los reporteros. “Estamos verdaderamente felices… Esta pesadilla va a terminar pronto”, ha comentado. “Tras quince meses, Carmen volará a España”, donde vive el matrimonio, ha explicado Santos.

Su caso se ha visto perjudicado por el hecho de que la legislación tailandesa no reconoce a los matrimonios de personas del mismo sexo y por la nueva ley que prohíbe la maternidad subrogada, que entró en vigor después del nacimiento de Carmen Lake.

Cuando Carmen nació, su madre biológica, Patidta Kusolsand, la entregó al matrimonio, que se la llevó del hospital. Pero luego cambió de opinión y se negó a firmar los documentos para permitir a Carmen que tuviera un pasaporte para poder salir de Tailandia.
La madre creía que era “una familia normal”
Lake y Santos fueron informados de que la mujer pensaba que eran “una familia normal” y que estaba preocupada por el desarrollo que tendría la niña, según el mensaje que publicó Lake en una plataforma de financiación que les ayudó a recaudar 36 dólares para poder pagar los abogados y la estancia en Tailandia.

Lake ha dicho que no sabe por qué la madre dice que no sabía que era homosexual y ha subrayado que siempre fue claro en este punto cuando contactó con la agencia de maternidad subrogada, New Life, que tiene delegaciones en varios países.

La empresa cerró su delegación de Bangkok tras la entrada en vigor de la ley contra la maternidad subrogada en julio de 2015, tras varias polémicas.

Durante años, Tailandia ha sido un destino popular para los extranjeros que querían recurrir a la maternidad subrogada tanto por los bajos precios como por la permisiva legislación, según la agencia de noticias Reuters.

La pareja tiene otro niño, Álvaro, que nació por maternidad subrogada en India hace tres años, y ha contado que eligieron Tailandia porque la legislación en India ha cambiado. Santos ha afirmado que todavía no puede confirmar cuándo se irán de Tailandia con sus dos hijos.

El Ayuntamiento de Madrid intenta frenar el repunte de las agresiones homófobas

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Madrid vive un repunte de las agresiones contra el colectivo LGTB. Lejos de disminuir, los ataques son cada vez más frecuentes y su número aumenta respecto a años anteriores. Este mismo fin de semana, dos agresiones homófobas en 24 horas dejaron tres heridos. En total suman 61 ataques en lo que va de año. El Ayuntamiento intenta luchar contra esta lacra con una batería de medidas pactada con el PSOE, con una unidad específica de la policía municipal e instruyendo a los agentes sobre cómo tratar con la comunidad LGTB.

El Pleno del Ayuntamiento va a aprobar mañana una proposición presentada de forma conjunta por el concejal delegado de Seguridad, Javier Barbero, y el edil del PSOE Ignacio de Benito. El texto reconoce que las últimas agresiones ponen de manifiesto que las personas LGTB “no están seguras en las calles, plazas, locales de ocio, medios de transporte y otros tantos lugares más de la capital”.

Así, entre las medidas que este miércoles aprobará el Consistorio está la elaboración de un estudio diagnóstico en el marco de un Plan Integral contra los Delitos de Odio, en colaboración con los colectivos LGTB que operan en la ciudad. Además, se quiere impulsar y fortalecer este tipo de asociaciones, “protagonistas clave” en esta lucha.

Se prevé también la creación de puntos de encuentro de esta comunidad para afianzar las relaciones del Ayuntamiento con las asociaciones, promocionar una política social sensible con la diversidad familiar, poner en marcha campañas informativas y preventivas sobre las agresiones y garantizar la atención integral a las víctimas.

En uno de sus puntos, el documento también contempla que se promueva el conocimiento y el compromiso de la lucha contra la fobia hacia el colectivo LGTB entre el personal de la administración, especialmente entre los cuerpos policiales, a través de cursos de formación. Este es otro de los frentes en los que el Ayuntamiento está trabajando para luchar contra el repunte de las agresiones.

Desde hace unas semanas, una asociación LGTB, Arcópoli, imparte cursos a la policía municipal. El vocal de delitos de odio de esta asociación, Rubén López, explica que en los cursos se exponen los miedos del colectivo, las razones por las que no se denuncia o cómo tratar con personas transexuales -el colectivo que menos confía en la policía, apunta-.

Además, se instruye a los agentes para que animen a las víctimas a denunciar y a diferenciar este tipo de delitos, que afectan a la dignidad de las personas, del resto. Rubén López pone el foco en la importancia de que la policía se acerque al colectivo para que este pierda el miedo a relacionarse con los agentes y a denunciar. Para ello, han invitado a la policía municipal a que participe en el próximo desfile del orgullo gay.

David Martín es el director de la unidad de delitos de odio de la policía municipal, a través de la que se canalizan estos cursos, que incluyen un espectro más amplio que las agresiones contra la comunidad LGTB. Destaca el elevado número de solicitudes que se han recibido para realizarlos: 400 voluntarios para 30 plazas en su primera edición. Ya se está preparando la segunda y la idea es que la iniciativa se mantenga durante los próximos años.

Martín evita hablar de un repunte de las agresiones, porque asegura que no tiene datos para compararlo con años anteriores, porque los datos de Arcópoli solo recogen las agresiones, no las denuncias. Añade que “con que haya uno ya son muchos”, porque la sociedad no puede tolerar que se agreda a alguien por ser diferente, y destaca el trabajo de esta asociación Arcópoli a la hora de visibilidad el problema.

Enfrentamiento con la delegación de Gobierno

La unidad que dirige David Martín es de reciente creación. El nuevo Plan Director de la Policía Municipal veía la luz a finales de marzo con un especial compromiso en la lucha contra los delitos de odio, que incluía un refuerzo especial para combatirlos creando una oficina específica. De forma paralela se ha creado también una Unidad de Gestión de la Diversidad.

David Martín explica que es objetivo es “dar una respuesta cualificada” más allá de la mera recepción de la denuncia, entendiendo que la sociedad madrileña no es “homogénea”. “Se trata de dar respuesta a las necesidades de los colectivos que están en una situación de riesgo de ser víctimas de este tipo de delitos”, añade.

La creación de la unidad de delitos de odio ha supuesto un enfrentamiento entre el Ayuntamiento de Madrid y la delegada del Gobierno en la capital, Concepción Dancausa. Poco después de que se aprobase el plan director, Dancausa criticó la inclusión de esa unidad por no ser competencia de la policía municipal.

La respuesta pública a Dancausa se la ha dado este martes la portavoz del PSOE, Purificación Causapié. En una intervención en el pleno del Ayuntamiento, la concejal, con la que Carmena mantiene una muy buena relación, ha reprochado a Dancausa que su única reacción frente a los ataques a la comunidad LGTB sea hablar de competencias.

Un repunte de las agresiones

Madrid sufre desde comienzos de año un aumento de las agresiones contra el colectivo LGTBI. La delegada del Gobierno lo admitió en febrero, y como solución hizo un llamamiento a que los agredidos denunciasen. Desde entonces se han ido sucediendo los ataques, sin que la mera amenaza de la denuncia haya frenado a los agresores.

Según los datos de Arcópoli, en la capital hay una agresión homófoba o transfóbica cada dos días. Se dan sobre todo en zonas como la plaza de Colón, Gran Vía, Cibeles. Las homófobas se concentran sobre todo los fines de semana. Las transfóbicas, cualquier día de la semana.

Es cierto que hay un problema con las denuncias, porque tan solo un 20% de las víctimas acudieron a la policía para relatar la agresión que habían sufrido. Las asociaciones creen que es por vergüenza, miedo y desconfianza hacia los agentes. Es en este campo donde el Ayuntamiento quiere hacer especial hincapié con la formación de los agentes.

El objetivo es evitar casos como el ocurrido este fin de semana. Dos agr esiones en menos de 24 horas, que dejaron a tres personas heridas. Dos jóvenes fueron agredidos el viernes cuando volvían de fiesta, y uno de ellos acabó con la nariz rota. La segunda el viernes, de la que apenas hay datos porque la víctima no ha querido denunciar.

Una molécula para combatir cuatro virus a la vez

Un estudio halla una diana para inhibir simultáneamente el virus del sida, la hepatitis C, el dengue y la fiebre del Nilo Occidental

Un péptido del virus de la hepatitis C provoca la apertura de las vesículas de las membranas celulares

Un péptido del virus de la hepatitis C provoca la apertura de las vesículas de las membranas celulares. Hanson y Gettel et al./Biophysical Journal 2016

La idea de que una sola píldora pueda combatir varias enfermedades infecciosas a la vez, empieza a tomar forma. Todavía queda mucho para que un medicamento así llegue a las farmacias, pero en los laboratorios ya empieza a gestarse el germen de lo que podría ser una nueva familia de medicamentos panvirales. La primera piedra de este proyecto la acaba de poner un grupo de investigadores del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa y de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona, que han diseñado una molécula capaz de combatir simultáneamente los virus del sida, la hepatitis C, el dengue y la fiebre del Nilo Occidental.

Los investigadores han conseguido modelar un elemento de la célula en la que se hospeda el virus para inhibir una proteína que ayuda al microorganismo a replicarse. Concretamente, la molécula fue diseñada para neutralizar la proteína DDX3, cuya presencia era necesaria para replicar los virus causantes del sida (VIH) y la hepatitis C (VHC). “La diana molecular de este compuesto la teníamos identificada y químicos especializados se encargaron de modelarla para calzar esa estructura química dentro de la proteína”, explica el doctor José Esté, jefe del grupo de Patogénesis del VIH de IrsiCaixa.

Los resultados de los ensayos en cultivos celulares de la molécula demostraron su eficacia para inhibir el virus de la hepatitis C y algunas cepas del VIH resistentes a los antivirales comunes. Pero además, cuando los investigadores vieron la potencia de estas moléculas contra el VHC, decidieron ir un paso más allá y buscar otros virus cuyos mecanismos de reproducción fuesen similares a los del que provoca la hepatitis C. Los científicos probaron con el virus del dengue y el de la fiebre del Nil Occidental, que comparten estrategia replicativa y genoma con el VHC, y descubrieron que la molécula también funcionaba contra ellos.

Más allá de que este proyecto abre la puerta a simplificar el tratamiento de personas coinfectadas e incluso a buscar alternativas terapéuticas a dolencias que no tenían cura (no existe ningún fármaco aprobado contra el virus del Nilo Occidental o el dengue), los investigadores han remarcado el hecho de que la molécula actúa contra una parte de la célula, no contra el virus, lo que complica que éste genere resistencias al fármaco. “Un virus es un parásito intracelular, necesita de algunos elementos de la célula para funcionar. La mayoría de los tratamientos atacan al virus directamente y éstos, a su vez, van desarrollando estrategias para esquivar los ataques. Sin embargo, lo que estamos haciendo es inhibir uno de esos elementos de la célula que son necesarios para el virus y es más difícil que se proteja y se vuelva resistente contra eso”, apunta el doctor Esté.

Aunque todavía queda mucho recorrido en el laboratorio y tendrá que confirmarse su efectividad en más estudios in vitro y en modelos animales, los investigadores aseguran que este hallazgo es la puerta de entrada “a desarrollar una nueva familia de fármacos panvirales, con capacidad para inhibir diversos virus al mismo tiempo”. El estudio se ha publicado en la revista PNAS. “Esta molécula será de gran utilidad porque los pacientes inmunodeprimidos, por ejemplo, sufren muchas enfermedades”, señala Esté, que no descarta que esta molécula también pueda ser efectiva contra otros virus como el zika o el chikungunya. “Muchas de estas infecciones ocurren donde ya hay otras enfermedades endémicas que, aunque no constituyen un peligro, tampoco atraen a las farmacéuticas a investigarlas y no hay tratamiento”, apostilla el investigador.

Con todo, Esté pide paciencia y prudencia. “Se ha encontrado la diana, el primer compuesto”, apunta, pero el camino a recorrer para que un fármaco panviral llegue al mercado es todavía muy largo. Lo importante, asegura, es que “el interés por desarrollar drogas panvirales es alto” y eso es “prometedor” para la investigación.

Madrid sufre una agresión homófoba cada dos días

La Comunidad ha vivido un gran incremento de estos ataques homófobos desde que comenzó el año, según Arcópoli

María (nombre ficticio), una transexual agredida en agosto de 2015 en Tetuán

María (nombre ficticio), una transexual agredida en agosto de 2015 en Tetuán. santi burgos

La región está sufriendo un gran incremento de las agresiones homófobas desde que comenzó el año. Según la organización Arcópoli, se han registrado 52 ataques desde enero, lo que supone que de media ocurra uno cada poco más de dos días. No todos ellos han terminado en una denuncia en comisaría. Esta asociación de defensa de los colectivos de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB) ha pedido medidas urgentes para erradicarlo. La Delegación del Gobierno en Madrid y la Fiscalía de Madrid aseguran que están luchando con todas las herramientas que están a su alcance.

La capital es, con diferencia, la que registra el mayor número de agresiones. El porcentaje más alto se da en el propio barrio de Chueca o en los alrededores, como Callao, Cibeles, Colón o Alonso Martínez, según los datos recogidos por el vocal de delitos de odio de Arcópoli, Rubén López. “Las parejas gais, en su mayoría hombres, van por esta zona de la mano o se besan al salir, sin darse cuenta de que ya no están en una zona más segura”, reconoce López. Los fines de semana, festivos y los días previos a estos es cuando se producen más ataques.

El perfil de la víctima corresponde en su mayoría a hombres de entre 18 y 25 años. Sufren, tras las agresiones hematomas, contusiones y, en menor medida, algunas fracturas. “Salvo dos casos muy graves, el resto recibió el alta a las pocas horas”, afirma Rubén López. Arcópoli ha creado el Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia, para centralizar las denuncias. También disponen de un número de teléfono (618 547 166) donde atienden a las víctimas las 24 horas del día.

Sin miedo a denunciar

Para el coordinador del programa LGTB de la Comunidad de Madrid, el abogado Manuel Ródenas, el problema de la homofobia “no es un fenómeno nuevo”. En su opinión, ahora existe mayor sensibilidad y se denuncia más. “Antes no salía en los medios de comunicación y las redes sociales o no existían o no tenían tanta repercusión. Ahora la gente está perdiendo el miedo a denunciar públicamente”, añade Ródenas. La Comunidad de Madrid dispone de un número de teléfono (917 010 788), que atiende a las víctimas de estos ataques. Este servicio cuenta con un equipo formado por psicólogos, trabajadores sociales y abogados.

La delegada del Gobierno, Concepción Dancausa, asegura que el trabajo que se está realizando ahora es concienciar a la gente para que denuncie: “No es extraño que crezcan las denuncias. Es más, yo me atrevería a decir que es bueno, porque no hay nada peor que exista ese delito y que la gente no se atreva a denunciar y que no los conozcamos. No podremos poner los medios suficientes”. Es similar a lo ocurrido con la violencia machista.

52 ATAQUES DESDE QUE COMENZÓ EL AÑO

La región ha vivido 52 agresiones en lo que va de año, según los datos recopilados por el colectivo Arcópoli, dedicado a la defensa del colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB).

La capital es donde más ataques se han producido (34). Distribuidos en su mayoría en el distrito de Centro (22 agresiones), seguido de Moncloa-Aravaca, con 5. Moratalaz (2), Fuencarral El Pardo, Hortaleza, Carabanchel, Tetuán y Villaverde completan la lista.

En los pueblos de la región, destacan Galapagar, Villanueva de la Cañada y San Sebastián de los Reyes, según el recuento de Arcópoli. En Internet también se han registrado delitosde odio y acoso.

La última agresión grave se produjo la madrugada del pasado sábado cuando dos amigos regresaban tras haber pasado la noche en Chueca. Tres hombres empezaron a llamarlos “maricones de mierda”. Después les lanzaron una lata de cerveza vacía, tras lo cual se abalanzaron sobre ellos y les pegaron patadas y puñetazos. A uno de los jóvenes, de 24 años, le diagnosticaron fractura doble del tabique nasal. Ambos sufrieron contusiones por todo el cuerpo. Su acompañante sufrió una crisis de ansiedad.

Justo 24 horas después, otra pareja fue atacada a la salida del metro de Tribunal. De nuevo, un grupo de jóvenes atacó a una pareja de hombres al grito de maricones. También recibieron golpes por el cuerpo. Pese a ser aconsejados por Arcópoli, decidieron no denunciar ante la policía. Prefieren olvidar el incidente.

“Llevamos 15 meses luchando en Tailandia para poder llevar a España a nuestra hija Carmen”

Gordon Lake y Manuel Santos, con Carmen, nacida en Tailandia mediante gestación subrogada

Gordon Lake y Manuel Santos, con Carmen, nacida en Tailandia mediante gestación subrogada EFE

La batalla legal en la que están envueltos Bud Lake y Manuel Santos en Tailandia tendrá su desenlace este martes. La pareja sabrá después de casi 15 meses si puede quedarse con Carmen, que nació hace un año mediante gestación subrogada, y regresar a su casa en Valencia. Un juez decidirá sobre la custodia de la niña, que ambos se disputan con la madre gestante, la cual no ha firmado el documento que precisan para que la menor obtenga el pasaporte y puedan abandonar el país.

El matrimonio, que tiene otro hijo de dos años gestado en India mediante la misma técnica, ha estado viviendo en Tailandia desde enero de 2015, cuando nació la niña, a la que han estado cuidando mientras se soluciona el conflicto. “Esperamos que la sentencia sea a nuestro favor porque Carmen es nuestra hija y llevamos 15 meses luchando para que se reconozcan nuestros derechos”, sostiene Santos en declaraciones a eldiario.es. Todo un proceso que, afirma, han seguido “sin ningún tipo de ayuda de nuestras embajadas”, ya que Bud es norteamericano y Manuel, español.

El conflicto se inició al poco tiempo de que Patidta Kusolsang, la mujer gestante, diera a luz a Carmen, concebida con el esperma de Gordon y el óvulo de una donante anónima. Ambos decidieron comenzar el proceso en Tailandia a través de una agencia, ya que en España es ilegal. En nuestro país la Ley 14/2006 de 26 de mayo sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida lo prohíbe expresamente.

Pero el tema está expuesto a un enorme debate entre aquellos que apuestan por regular la práctica, como la Asociación Son Nuestros Hijos y los que consideran que supone “la mercantilización del cuerpo de la mujer y fomenta su explotación”, tal y como considera el Partido Feminista, que la semana pasada interpuso una denuncia contra los organizadores de una feria de vientres de alquiler que se celebrará en Madrid los próximos 7 y 8 de mayo.

El movimiento #BringCarmenHome

Según el matrimonio, días después de que en el hospital Kusolsang diese el consentimiento para que se llevaran a la niña a casa, no acudió a la embajada de Estados Unidos en Bangkok para firmar el documento necesario para que pudiera salir de Tailandia. Trataron de llegar a un acuerdo sin éxito, lo que les condujo a comenzar el proceso en los tribunales.

El motivo que esgrimió entonces Kusolang fue que no son una pareja “ordinaria”, en referencia a su orientación sexual. “Luego conforme el tiempo pasaba, fueron muchas otras excusas y acusaciones, entre ellas, que estábamos involucrados en el tráfico de personas”, afirma el matrimonio.

“No es nuestra culpa si la agencia New Life, principal responsable de esta pesadilla, no le comunicó que somos gays”, sostiene Santos a través de Facebook. Las redes sociales han sido fundamentales a la hora de difundir su caso, que ya se ha convertido en el movimiento #BringCarmenHome. La actividad no frena en Twitter e Instagram y la petición online que mantienen para recabar apoyos ya alcanza las casi 170.000 firmas.

Sin embargo, la defensa de Kusolang asegura que la mujer se enteró de la condición sexual de la pareja el día del nacimiento de Carmen, cuando vio los documentos en la habitación del hospital, según afirmó en declaraciones recogidas por The Guardian. Pero la razón del conflicto no es esa, sino que se ha arrepentido y “ahora jamás vendería a su bebé por dinero”, sostiene su abogada.

El cambio de ley en Tailandia

Cuando Carmen tenía ocho meses entró en vigor en Tailandia la ley que prohíbe expresamente la maternidad subrogada a extranjeros y a parejas homosexuales, lo que provocó que la agencia New Life cerrara. Sin embargo, la norma incluye una disposición transitoria a la que pueden acogerse los padres que hayan iniciado el proceso de gestación con anterioridad. En ello se amparan Lake y Santos, que aseguran “haber luchado e intentado que el país reconozca nuestro matrimonio, perfectamente legal en nuestros países”.

Tailandia, tradicionalmente considerado como una de las principales industrias de vientres de alquiler en el mundo debido a los bajos precios y al vacío legal en el que estaba sumido, decidió cambiar la ley por dos casos que le hicieron saltar a las portadas de los medios internacionales. El primero, el de un padre japonés que había engendrado a 16 hijos, en su mayoría a través de vientres de alquiler. El segundo, el de una pareja que abandonó a su hija nacida mediante gestación subrogada por tener síndrome de Down.

Los casos vinculados a la explotación y la polémica que suscita el tema llevaron a Lake y Santos a asegurarse de que Kusolsang “es una mujer con un alto poder adquisitivo, más que nosotros, que aceptó voluntariamente gestar a nuestro bebé”. La batalla legal del matrimonio se ha centrado también en demostrar que “somos una familia preparada para criar unos hijos felices y Carmen debe criarse con la familia que conoce desde el día en que nació”. La ley tailandesa “habla de que, por encima de todo, se velará por el bienestar del bebé”.

“España me pide pruebas de los ataques en Marruecos por ser lesbiana, pero cuando huyes no piensas”

Rida, nombre ficticio, muestra las cicatrices de una agresión

Rida, nombre ficticio, muestra las cicatrices de una agresión | N.C.

Algunos viven a escasos kilómetros de las personas de las que aseguran huir. Escaparon a Melilla con una aspiración: “Nos gustaría poder tomar un café con nuestro novio, comer juntos, cenar juntos, ir a la discoteca… y casarnos”, comenta una de las cerca de 50 personas que residen en la ciudad fronteriza desde hace cerca de 6 meses mientras esperan a que se resuelva su petición de asilo por motivos de orientación sexual.

“Una vez conocí a alguien. Pensaba que era gay. Pero cuando llegamos a su casa me pegó y me tuvo tres días encerrado. Llamaba a sus amigos: “Trae whisky, que tengo al maricón”. Me engañó. Me robó toda la ropa y el móvil. Pero si denuncio, lo primero que harán será meterme en la cárcel por gay”, corre a explicar uno de ellos.

Ninguno quiere aparecer con su verdadero nombre en este reportaje, excepto quien lo empezó todo. Driss El Arkoubi fue, asegura él, el primer marroquí que pidió asilo en España por ser homosexual en Marruecos. Llegó a Melilla en 2013, pero al cabo de nueve meses su solicitud fue denegada y él, expulsado. El 23 de diciembre de 2015 volvió a Melilla. Acababa de recibir una nueva paliza y sufrir una violación, por lo que volvió a presentar su petición.

El estigma social se traduce en represión y brutalidad y muchos de estos chicos relatan episodios de abusos, palizas, robos y extorsión. “Es común que te graben y amenacen con enviar el vídeo o a las fotos a la familia. Casi todos hemos pasado por eso. A mí me han grabado en una cámara de vigilancia y han enviado el vídeo a casa de mis padres. Mi padre se enteró de que era gay por ese vídeo. Me pegó y tuve que irme a Rabat”, relata Abdullah.

Rida se levanta la camiseta y muestra un torso con varias marcas porque quiere contar su historia. Las cicatrices son el recuerdo de una visita a Casablanca, donde vive su familia. “Conocí a un chico y nos veíamos casi a diario. Un día quedamos a solas en un sitio apartado. Cuando miré había seis personas alrededor y empezaron a pegarme. El chico consiguió escapar pero yo no. Desperté en el hospital. Me preguntaban, pero yo no sé quién me pegó. No pude contarlo a mis padres, sólo les dije que me asaltaron en el camino”.

Sólo algunos han encontrado en sus madres la complicidad del silencio. Cuando no sufren violencia reciben desprecio: “Yo no puedo salir de casa con mi familia, porque me insultarán delante de ellos”.

El artículo 489 del Código Penal de Marruecos dice: “Se castiga con pena de prisión de seis meses a tres años y una multa de 200 a 1.000 dirhams, a menos que el hecho constituya una infracción más grave, a cualquiera que cometa un acto impúdico o contra natura con un individuo de su mismo sexo”.

“Tres meses en un prisión marroquí, más largos que 30 años”

Karim (nombre ficticio), de 28 años, asegura que ha pasado por la cárcel en tres ocasiones de tres meses cada una. Su proceso consistió, explica, en un juicio público, sometido a las miradas de desprecio de su familia y sus vecinos y a la decisión de un juez que le dijo: “Tú no hables, que pareces una mujer”. A la condena inicial, de dos meses, el juez sumó otro mes porque, dice, quiso mostrar en la sala la herida provocada supuestamente por los policías. “Tres meses en una cárcel de Marruecos son más largos que 30 años”.

Desde entonces no ha vuelto a casa. “Pero a mí me gustan los hombres, no las mujeres. No puedo hacer nada”. Karim, que sufrió los abusos de un profesor cuando era un niño, tenía una peluquería que tuvo que cerrar. Una tarde destrozaron el local y rociaron el suelo de gasolina, relata.

El caso de los dos hombres de Beni Mellal condenados tras sufrir una brutal paliza tuvo un notable eco mediático dentro y fuera de Marruecos. Fueron exhibidos desnudos y grabados en vídeo después de ser golpeados por cinco hombres que entraron en una vivienda privada.

El juicio movilizó a decenas de manifestantes a favor de los agresores, pero también mostró un problema que, según explica Samir Bargachi, lleva desde los años 60 sin evolucionar. En los últimos años han aparecido nuevas asociaciones, se editan nuevas revistas y activistas con relevancia pública han aparecido en los medios generalistas para exigir avances.

“Es de esperar que esto genere algún tipo de violencia como reacción. Lo que vivimos ahora es resultado de la mayor visibilidad” , opina Bargachi, portavoz en España de Kifkik, una de las asociaciones por la integración del colectivo LGBT pioneras en Marruecos. La cobertura del caso de Beni Mellal ha sido “neutral, incluso positiva en algunos casos”, y esto es muestra de una mejora en el discurso público, según Bargachi.

En julio del año pasado el ministro de Comunicación, ejerciendo como portavoz del Gobierno marroquí, condenó una agresión homófoba sufrida por un hombre en Fez. Mustapha El Khalfi dijo entonces que en lugar de “tomarse la justicia por su mano”, los ciudadanos debían dejar que los jueces se ocupen de esos casos. El artículo 459 no parece estar en cuestión, y a esto se añaden los linchamientos y el escarnio, incómodos también para el gobierno marroquí por cuanto ponen en tela de juicio la capacidad del Estado para aplicar la ley, opina Bargachi.

Seis meses de espera en el CETI y hasta cuatro entrevistas

En este contexto, decenas de marroquíes han llegado a Melilla buscando el amparo de Europa. Algunos vienen de Nador, apenas a una decena de kilómetros. Por eso no quieren ver sus rostros en el periódico. El hermano de Hakima, la única mujer que se atreve a hablar, ha pasado más de una vez por la puerta del CETI mostrando su foto y preguntando por ella. Hakima tuvo su primera novia con catorce y su hermano las descubrió en la misma habitación. A la novia la echó a patadas y a ella la atacó con un cuchillo. La única prueba son unas cicatrices: “Me han pedido que dé pruebas de todo esto, pero cuando alguien huye no piensa en traer nada”.

Como Hakima, algunos dicen tener familiares en pueblos cercanos. Se sienten encarcelados apenas a kilómetros de aquellos a quienes temen. La mayoría lleva entre cinco y seis meses en el CETI, se impacientan y se quejan del traslado a la península de un residente que no figuraba en la lista que se anuncia a principios de semana.

La Oficina de Asilo y Refugio, encargada de ordenar las salidas, realizará entrevistas telemáticas con el fin de agilizar los trámites, aunque ellos explican que ya han pasado por esto muchas veces y relatan hasta cuatro entrevistas presenciales en las que se les formulan cuestiones para contrastar su relato, algunas de ellas muy personales. Quienes no obtengan el asilo serán devueltos a Marruecos con una orden de expulsión válida por cinco años, les han advertido. Se trata de disuadir las solicitudes falsas.

¿Creen que algún día Marruecos cambiará? “No creo, porque hay que cambiar al pueblo. Y no puedes cambiar 30 millones de personas”, contesta Abdullah, antes de traducir la pregunta y que se forme el alboroto. “No estaría aquí si pudiera vivir en Marruecos”, insisten.

Rida, el chico que se despertó en el hospital después de una agresión salvaje, se justifica por pedir asilo: “Yo no sabía qué es esto del asilo. No he estudiado. Ahora cuando paseo por la calle, en mi pueblo, la gente me señala. Cuando te conocen en tu pueblo te vas a Casablanca; cuando te conocen en Casablanca tienes que cambiar a Rabat, cuando te conocen en Rabat tienes que cambiar a… y al final sólo te queda esto”.