ANDALUCES.ES:Besos y banderas contra la homofobia

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La céntrica plaza del Ayuntamiento de Castilleja de la Cuesta en Sevilla tenía ayer la bandera del orgullo como insignia. A pesar de que ya caía la noche, 200 personas entre vecinos, amigos y asociaciones quisieron condenar la agresión de Ricardo (nombre supuesto), el joven que fue atacado el pasado 28 de octubre por su condición de homosexual. La besada que ayer se produjo en medio de una manifestación  que, además de repulsa, evocaba muchas otras banderas, entre ellas la de la tolerancia, la igualdad, la libertad o el respeto a la opción sexual de cada persona.

Daniel Simonette, miembro del Área de Libertad de Expresión Afectivo-Sexual (ALEAS) de Izquierda Unida Andalucía, fue uno de los primeros en conocer la noticia de la agresión de Ricardo. “Este chaval ha sido muy valiente realizando esta denuncia”, aclara. En otras dos ocasiones, Simonette ha propuesto la petición de hacer una denuncia a sendas víctimas y en los dos casos se negaron a ello por miedo. “Por estos motivos hay que venir hoy hasta esta plaza para demostrar que no están solos y que pueden contar con muchos medios para denunciar esta situación”.

Desde Aleas están llevando a cabo una campaña de sensibilización contra la homofobia, que llaman “invisible”, pero que es latente y afecta al perfil del joven que se encuentra actualmente estudiando en los centros de Secundaria de la provincia, donde el ambiente favorece muchas veces a este tipo de conductas. “Lo único que puede ayudarnos a ganar esta batalla contra las libertades es la educación, y eso no se enseña en la calle sino desde las propias aulas, educando a los jóvenes y a profesores en valores de respeto y solidaridad”.

EL FANTASMA DE LA CULPA

Antonio Hernández tiene ahora 30 años, pero recuerda con nitidez aquella época oscura de acoso y rechazo que sufrió durante toda su infancia y su primera juventud en su colegio de Castilleja. “El sentimiento de culpa que yo tenía con mi familia no me lo quita nadie”. Recuerda cómo en el recreo le gustaba jugar con las niñas y cómo ese detalle ya era motivo suficiente para recibir un puñetazo y llegar con heridas a casa. A medida que fue creciendo y ya en tercero de la ESO, Hernández recibió una fuerte paliza por parte de tres compañeros provocándole una fractura en el brazo. “El centro no habló nunca de discriminación. Solo los echó tres días del instituto como una pelea más”. Su infierno no terminó hasta que se fue trasladado de centro al pueblo vecino de Gines, donde pudo llevar su vida con normalidad y terminar sus estudios.

El alcalde de Castilleja de la Cuesta, Manuel Benítez, del Partido Socialista, trasladaba a andalucesdiario.es su más absoluta repulsa ante lo ocurrido: “Somos un pueblo tolerante a favor de las libertades y rechazamos todas estas conductas que han llevado a Raúl a esta situación de discriminación”.

CONTRA LA GENTUZA

La asociación Unidad contra el Fascismo y el Rascismo de Andalucía había sido la encargada de convocar el acto para condenar la agresión psíquica y física sufrida por el vecino de Castilleja. Alejandro García, uno de sus miembros, señalaba que “la denuncia ya ha sido tramitada por la Comandancia de Gines y solo esperan que los agresores comparezcan ante la justicia”, destacaba Alejandro. “Este camino hacia la igualdad real se irá poco a poco construyendo, aunque aún quedan muchas trabas y nosotros seguiremos en la batalla contra la gentuza que destroza estos derechos”.

En el acto, Ricardo se encontró arropado por sus familiares y amigos que le ayudaron a soportar el mal trago que le ha tocado vivir. Fuentes cercanas al agredido aseguran que no ha querido realizar declaraciones para no perjudicar la denuncia, a pesar de que ya ha presentado el parte de lesiones y la descripción de los sospechosos. Sus conocidos aclaran que tiene muchas fuerzas para luchar por sus derechos y por una nueva vida, aunque esté tomando algunos medicamentos para controlar el estado de ansiedad que le ha provocado  la agresión y su posterior repercusión mediática