EL PAIS: Reino Unido festeja con apoyo oficial los primeros enlaces gais

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Andrew Wale y Neil Allard intercambian anillos en su boda en Brighton / Luke MacGregor (reuters)

En un horario tan inusual como justificado por el acontecimiento, Peter McGraith y David Cabreza se casaron en un Ayuntamiento del norte de Londres apenas franqueada la medianoche del viernes al sábado. Después de 17 años de convivencia, y al igual que otras muchas parejas de Inglaterra y Gales, quisieron acogerse a la legislación sobre el matrimonio de personas del mismo sexo en el mismo momento en que esta entraba en vigor. Fueron los protagonistas de una jornada muy mediática, que convirtió el sábado al Reino Unido en uno de los 15 países que hasta la fecha han derribado una nueva barrera discriminatoria en Europa, Latinoamérica y algunos Estados de Estados Unidos.

“Este fin de semana encarna un momento importante para nuestro país, que seguirá honrando sus orgullosas tradiciones de respeto, tolerancia y valores igualitarios”, ha sido el mensaje emitido por David Cameron, el jefe del Gobierno conservador británico que auspició la iniciativa a pesar de la fuerte oposición en el seno de su propio partido. Pero si el reconocimiento de ese mismo derecho en Francia provocó virulentas manifestaciones en la calle de los sectores más inmovilistas, la tónica en el Reino Unido estuvo marcada por las reacciones de bienvenida a la nueva ley por parte de los dirigentes de los grandes partidos políticos. La bandera del arcoíris ha ondeado en muchos edificios oficiales junto a la Union Jack. “Este país va a ser un lugar muy diferente”, subrayaba el líder liberal demócrata y socio de la coalición gubernamental, Nick Clegg, mientras el jefe de filas laborista, Ed Milliband, felicitaba a todos aquellos que ayer se casaron, aunque advertía al tiempo: “Todavía no hemos ganado la batalla por la verdadera igualdad”.

Fue el apoyo de estas dos últimas formaciones (liberal demócrata y laborista) el que permitió que la nueva legislación lograra la luz verde del Parlamento británico el año pasado con casi la mitad de los votos de los diputados tories en contra. Una de las escasas apuestas personales de Cameron, llegada a buen puerto casi nueve años después de que Inglaterra y Gales aprobaran la ley sobre uniones civiles, que desde entonces permite a las parejas homosexuales inscribirse como tales en el registro y disfrutar de los mismos derechos legales que las heterosexuales.

Las parejas homosexuales británicas pueden casarse desde el sábado en los Ayuntamientos y en los centros religiosos que lo permitan, pero no en los que están bajo el manto de la Iglesia de Inglaterra, a los que la ley exenta y cuyo sínodo reiteró el mes pasado a sus sacerdotes que no pueden bendecir ese tipo de matrimonios. No obstante, “la ley ha cambiado y aceptamos la situación”, manifestó el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, en víspera de su entrada en vigor; con lo que dio a entender que la jerarquía anglicana no hará campaña en contra de la nueva legislación. Los analistas consideran que la negativa protestante —confesión mayoritaria en las islas— a oficiar bodas entre contrayentes del mismo sexo se traduce en dos definiciones legales de matrimonio en un mismo país: aquellos reconocidos por el Estado y los que son sancionados por la iglesia Anglicana y otras religiones, como la católica.

Escocia, la autonomía que el próximo septiembre se dispone a votar en el referéndum sobre su independencia, no queda fuera de la ecuación. Su Parlamento aprobó una ley similar el pasado febrero y la entrada en vigor del matrimonio entre personas del mismo sexo está prevista para octubre. Irlanda del Norte, por el contrario, no proyecta seguir en la misma línea que el resto del Reino Unido, o que España (que dio el paso en julio de 2005), Francia, Holanda, Bélgica, Suecia, Canadá, Argentina, Uruguay o algunos Estados de Estados Unidos, entre una lista de países que completan la decena y media.

“Muy pocos países proveen a sus ciudadanos el derecho de la igualdad en el matrimonio y creemos que este cambio en la ley británica brindará nuevas esperanzas a los gais y lesbianas de Nigeria, Uganda, Rusia, India y tantos lugares en los que se criminaliza una determinada orientación sexual”, ha proclamado un exultante Peter McGraith como colofón de su boda, que convirtió en todo un gesto reivindicativo.

Panorama mundial

Pionero. España, en 2005, fue el primer país que aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo con plena equiparación de derechos con el resto de matrimonios. En otros países, como Holanda, se permitían las bodas gais, pero no con igualdad de derechos.

Europa. Desde 2005, se han sumado Estados: Bélgica, Portugal, Dinamarca, Suecia, Islandia, Noruega o Francia. En ese país (noveno en autorizar los matrimonios gais), la ley que entró en vigor hace un año fue muy contestada por los sectores más conservadores, que aún se movilizan para defender que el matrimonio solo es la unión entre hombre y mujer. Ahora a la lista en la que las bodas gais son legales se suman Inglaterra, Escocia y Gales.

Internacional. Los enlaces entre personas del mismo sexo están permitidos también en Canadá, Sudáfrica, Argentina y 18 estados de Estados Unidos.

EL PAIS: Las bodas homosexuales convierten a España en destino para extranjeros

El avance hacia la igualdad: Boda homosexual, destino España

  • Más de 1.800 parejas extranjeras del mismo sexo se han casado desde 2005
  • Para las lesbianas, las leyes nacionales de reproducción asistida son un aliciente
  • El matrimonio gay es constitucional
grafico matrimonios

Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE) / EL PAÍS

El reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo ha ido más allá de la celebración de bodas entre españoles o mixtas. Desde que el 3 de julio de 2005 entró en vigor, más de 3.700 extranjeros han pasado por juzgados españoles para formalizar su relación con una pareja también foránea.
Los más numerosos son los matrimonios entre hombres. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan un total de 1.329 bodas masculinas y 522 femeninas. Son 1.850 enlaces, aunque probablemente las cifras actuales rebasen los 2.000 ya que los datos solo reflejan información hasta 2012. El año en el que se celebraron más bodas de este tipo fue 2009 (306; 225 entre hombres y 81 entre mujeres extranjeras), ya que a partir de entonces se legalizó este tipo de uniones en los dos países más próximos a España. Portugal lo hizo en mayo de 2010 y Francia en el mismo mes del año pasado, por lo que los ciudadanos de estos países ya no tienen la necesidad de desplazarse.

Buena parte de ellos son hombres y mujeres que han acudido a España con el propósito expreso de casarse para conseguir el reconocimiento de unos derechos que su país ignora. Los registros del INE no distinguen ente parejas extranjeras ya residentes y aquellos que dejan su país para casarse en España, aunque hay indicios de que este último grupo es ampliamente mayoritario. “El 49% de las consultas que recibimos en 2012 [no hay datos más recientes] relacionadas con el matrimonio eran de personas que se comunicaban con nosotros desde otro país o cuya pareja era extranjera”, apuntan desde la Federación Estatal de Gais, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales (FELGTB). “Son bastantes”, añaden, “y aunque el matrimonio no es válido en su país, casarse les sirve para tener el reconocimiento, disfrutar de ese momento oficial en el que se formaliza la relación y quizás poder pelearlo [el matrimonio en su país de origen] en el futuro”, añaden desde esta entidad.
En todo caso, contraer matrimonio en España para una pareja de extranjeros no es tan sencillo como reservar un billete de avión, y pedir día y hora en los juzgados. “No puede venir cualquiera y casarse”, advierte Javier Carrascosa, catedrático de Derecho Internacional Privado de la Universidad de Murcia. Al menos una de las dos personas de la pareja debe tener fijado su domicilio en España, lo que implica poder demostrar que “el centro de su vida social, económica y personal se encuentra aquí”, añade. ¿Cómo probar la residencia habitual? Con la inscripción en el padrón municipal, al menos, unos ocho o diez meses. “En este caso, el juez puede presumir que la pareja tiene en España su residencia habitual”, comenta el profesor de Derecho.
Cuando los matrimonios son entre mujeres, además de poder sellar su relación ante el juez, un alcalde o un concejal, España ofrece un aliciente añadido a las parejas que desean formar una familia, ya que la ley de reproducción asistida es de las más progresistas que existen en Europa. En Italia, por ejemplo, no es posible la donación de semen si no es para fecundar el óvulo de la propia pareja, es decir, no se puede recurrir libremente a bancos públicos de gametos. De hecho, está prohibido a mujeres solas someterse a inseminaciones o procesos de fecundación in vitro, al igual que sucede en Francia. En Alemania, Austria o Italia está prohibida la donación de óvulos.

En España no existen estas limitaciones. La ley de Reproducción Asistida de 2006 deja bien claro que las usuarias de las técnicas de reproducción asistida son las mayores de 18 años “con independencia de su estado civil y orientación sexual”, lo que de forma explícita incluye a las solteras y a las lesbianas. En contra de lo que sucede en otros países europeos, en España existen programas de donación de gametos tanto masculinos (espermatozoides) como femeninos (óvulos). Ello abre las puertas a la posibilidad de acceder a un tratamiento de inseminación de un banco de esperma o, si fallara esta técnica, a un procedimiento de fecundación in vitro sin ningún obstáculo legal.
Es cierto que el Gobierno pretende limitar el acceso a lesbianas a los centros de reproducción asistida públicos, lo que sería aplicable tanto a nacionales como extranjeras con cobertura sanitaria en la red asistencial (aseguradas, según la jerga introducida por el Ministerio que dirige Ana Mato tras la exclusión sanitaria). En cualquier caso, siempre podrían acudir a un centro privado, ya que la ley ampara los tratamientos a mujeres solteras o a lesbianas. Que, de hecho, es lo que ya sucede en la inmensa mayoría de los casos.
Hay una ventaja más: la calidad y los competitivos precios de las clínicas de reproducción asistida nacionales. “Lo que te cuesta aquí la privada no tiene nada que ver con lo que pasa en otros países, donde es mucho más caro. En la mayoría de las clínicas te atienden en distintos idiomas”, apunta Gloria Fortun, de la Asociación de Familias Homoparentales LGTB Galehi.

DEIA: Las fantasías sexuales pasan de ser materia tabú a terapia recomendada para estimular el deseo

El sexo es salud

Gratuitas, fáciles de elaborar, personales y además “nadie se entera”: son las fantasías sexuales, un tabú hasta hace pocos años que integra parte de la terapia recomendada ante la falta de deseo sexual recurrente, un problema que padecen el 28% de las mujeres. La “ciencia del deseo” ha sido uno de los temas del XII Congreso de la Sociedad Española de Contracepción celebrado en Donostia. En dos ponencias bajo los títulos Tengo ganas de ti: el papel de las fantasías sexuales y ¿Tienes ganas de mí? La ciencia del deseo, Francisco Cabello, director del Instituto Andaluz de Sexología, y José Luis García, sexólogo que trabaja en el servicio navarro de Salud, respectivamente, analizaron la importancia de un asunto que durante años ha formado parte de los denominados “secretos de alcoba”.

Lejos de restarle importancia, ambos recomiendan acudir a un profesional que ofrece “recursos” como las fantasías sexuales, el “músculo del deseo”, en palabras de José Luis García. “Puede servir un libro, una película o cualquier estímulo que tenga que ver con los sentidos y que se aleje de la rutina”, uno de los grandes enemigos de la pasión, según García, que sin atisbo de broma, alienta a las mujeres a “trabajar sus propias fantasías a diario, aunque sea con el fontanero o el carnicero”. Aconseja no obstante cautela porque, a pesar de que “las fantasías sean el músculo del deseo y haya que estimularlas”, ponerlas en práctica puede resultar “más arriesgado”.

Cabello asegura que los estudios sitúan en casi tres de cada diez las mujeres que “nunca encuentra el momento” para mantener relaciones sexuales con su pareja, una circunstancia que en lenguaje médico se denomina deseo hipoactivo; es decir, “la falta de deseo de forma recurrente y persistente” durante más de seis meses continuados. En los hombres el porcentaje se reduce a la mitad y, aunque es cada vez más frecuente la presencia masculina en las consultas, la mayoría son “hombres vinculados al éxito profesional, a la política o las altas finanzas que descuidan la parte afectiva de sus vidas”.

En todo caso, el primer paso para solucionar el problema pasa por saber “qué está sucediendo” y, según Cabello, la causa prioritaria de falta de deseo sexual en las mujeres reside en problemas con su pareja, “fundamentalmente la falta de comunicación que se traduce en falta de intimidad”. Sin embargo, puede ocultar también otras dolencias y es entonces cuando el “no tengo ganas” puede convertirse en un “síntoma centinela” de otras disfunciones como un trastorno de excitabilidad u hormonal, que puede esconder un tumor, aunque no es lo más frecuente.

“El 70 % de las mujeres que sufren este tipo de disfunciones terminan con falta de deseo”, sentencia Cabello. El “entrenamiento” en las fantasías se lleva a cabo en las terapias pidiendo a la mujer que las escriba para detectar sus bloqueos y actuar sobre ellos. Ambos expertos coinciden en que las razones de la carencia de deseo en las mujeres no residen en la biología sino en la educación. Respecto a posibles factores externos como la crisis económica que pudieran influir en la pasión, Cabello cita un estudio llevado a cabo en Andalucía según el cual durante los dos primeros años de paro las parejas aumentan su frecuencia sexual, “bien porque se refugian en el sexo o bien porque tienen más tiempo”, aunque una vez transcurrido ese periodo la ansiedad y el estado depresivo que conlleva el no tener trabajo acaba repercutiendo.

EL PAIS: Entrevista | Binyavanga Wainaina “Al salir del armario me he convertido en un ciudadano real”

http://elpais.com/elpais/2014/03/24/planeta_futuro/1395689894_085500.html

  • “Mamá, soy gay” (I am a homosexual, mum), así titula un capítulo de su libro recién publicado
  • El titular dio la vuelta al mundo: una de las mentes más brillantes de la nueva generación de africanos talentosos y el escritor keniano más famoso, había salido públicamente del armario
  • Se situaba así en el eje de los debates sobre homosexualidad, dentro y fuera de África
binyabanga wainaina

Binyavanga Wainaina

El pasado diecinueve de enero, el día después de su aniversario, Binyavanga Wainaina publicaba en el blog Africa Is A Country el capítulo no publicado (lost chapter) del libro Algún día escribiré sobre África (Sexto Piso, 2013) “Mamá, soy gay” (I am a homosexual, mum). El titular dio la vuelta al mundo: una de las mentes más brillantes de la nueva generación de africanos talentosos y el escritor keniano más famoso, había salido públicamente del armario y se situaba en el eje de los debates sobre la homosexualidad, dentro y fuera de África.

Binyavanga Wainaina, fundador de Kwani Trust –la red literaria anglófona más relevante del África del Este–, ganador del Caine Prize para la escritura africana en 2002 por su relato corto Discovering Home (G21Net, 2001) y autor del viral e hiriente relato corto Cómo escribir sobre África (Granta, 2005), nos recibe en el porche de su modesta casa, en el nairobense barrio de Karen, con una de sus túnicas fashions, cabeza afeitada con una franja de pelo azul y cigarrillo en mano. Su asistente Isaac y su viejo perro Toni nos acompañan junto a unas tazas de té con leche y unos mandazis (una especie de pan frito que suele ser el desayuno para la mayoría de kenianos y tanzanos).

Durante un rato Wainaina juega al rol de periodista interesado sobre la política, la historia y los movimientos independentistas actuales en España. Se habla sobre la crisis. Sobre la situación de Europa. Sobre la migración de europeos en busca de una vida mejor en África. Y después de un par de horas distendidas, con el desayuno acabado, empieza la grabación…

A sus 43 años, este keniano inquieto, bohemio y creativo dice estar apasionado por la creatividad que emerge del continente. “Lo que he hecho en los últimos diez años, cuando no he escrito, han sido cosas en el mundo literario. Trabajo con talentos. Talentos jóvenes africanos, particularmente en inglés”, reconoce con orgullo. “Lo que ha pasado en la última década es que se han vuelto a abrir muchos espacios creativos, llenos de productores creativos contando sus propias historias en el cine, en la literatura… ¡Y todo esto me fascina!”.

La generación del FMI

“Yo llamo a mi generación, la generación del FMI. Somos la generación que vio la clase media derrumbarse a finales de los ochenta y los noventa con los condicionamientos que impuso el FMI como no conceder subvenciones para la educación. La gente se fue o fracasó. Fracasó, fracasó y fracasó de nuevo hasta que se pudieron alimentar de sus propios frutos. Nos volvimos, no sé… diferentes, más fuertes, más cínicos pero más anti autoritarios durante un tiempo. Los movimientos anti democráticos crecieron mucho y seguimos por esos derroteros. Y en cierto sentido, esto es lo que significa ser africano a día de hoy”, afirma el escritor.

El que fuera director del Centro Chinua Achebe para artistas y escritores africanos de Nueva York reconoce que lo suyo no era la vida en Occidente. “Estaba aburrido. Cuando venía aquí [Kenia] era más osado, yendo y haciendo mis cosas. Tener un gran puesto institucional en Estados Unidos suponía un rol más burocrático, político, de Universidad… Llegué al punto donde pensé para mí mismo: me he estado mintiendo sobre ese afropolitanismo de que puedes construir una institución literaria africana ahí fuera, en Nueva York, y eso es mentira. ¡No puedes!”, explica mientras reconoce que el lugar donde se pueden crear esas instituciones es precisamente en África. “Así que dejé mi trabajo y volví. Soy uno de esos que creen en el crecimiento y la regeneración africana. Por eso estoy aquí. Quiero estar aquí mientras pasa este huracán de cambio, para lo bueno, lo malo y lo feo. Para pelear con lo malo, para golpear desde dentro de los buques de las buenas intenciones e irme con ellos. Y producir. Y escribir. Y pensar”.

Y su lucha e implicación desde lo creativo es indiscutible. No es casualidad que su homosexualidad salga a la luz en un momento en que países como Uganda o Nigeria institucionalizan la discriminación sexual con graves leyes homófobas. Donde en su propio país, Kenia, las retóricas homófobas hierven públicamente. La recientemente aprobada ley anti-homosexual de Uganda hace punibles con cadena perpetua las relaciones o el matrimonio entre personas del mismo sexo, y puede penar con siete años de prisión a todo el que “ampare” o “incite” a la homosexualidad.

El escritor responde a bocajarro sobre el tema. “Cuando te conviertes en ese tipo de personas de clase internacional, que se llaman a sí mismas intelectuales, y estás cambiando la imagen del continente eres completamente inmune, como si permanecieras ajeno. La forma en la que interactúas está plenamente infectada por esta inmunidad. Y puedes tener compasión por quien no tiene este salvoconducto. Así que diría que en cierto sentido político me he convertido con este acto en un ciudadano real”, confiesa refiriéndose tanto a su vuelta al continente como a la acción pública de salir del armario. “Fue una cosa profundamente personal, por supuesto. Hay toda esa mentira mala que no dices. Que todo el mundo de tu alrededor sabe. Hablas de todo tipo de cosas en público sin temer, de alguna forma, las consecuencias que puedan caerte encima… Y decides dar el paso”.

Estigmatizar a los homosexuales

Para él, la vulneración de los derechos del colectivo LGBTI y su estigmatización social en África es un instrumento populista que esconde intereses políticos más profundos y pretende generar sentimientos de unidad nacional que la religión, por ejemplo, no consigue crear.

“El Gobierno lo está utilizando como una vara política. Es un tema muy conveniente para las elecciones. Dará una victoria bien sólida para ganarse al electorado. Sin embargo, la policía no lo va a aplicar, ya tienen suficiente trabajo luchando contra los ladrones. Pero lo que es más peligroso es que habrá más vigilancia social. El Gobierno ha generado leyes permisivas para que la gente gestione las cosas fuera de las manos del Estado”.

Aunque cree que eso se va a extrapolar y que los más pobres van a ser los que sufran las consecuencias más crudas de este tipo de leyes. “La gente económicamente vulnerable estará en riesgo; en un riesgo aleatorio. Las consecuencias reales son un creciente sentido del miedo y la amenaza en el dominio público. Incluso otros asuntos aparte de los homosexuales. Esta ley fue validada para reforzar tus miedos y permitir a los Estados mantener el control”, afirma con preocupación mientras enciende un cigarro.

how to write about africaEs precisamente su responsabilidad en torno a la situación social que lo rodea lo que le empujó a dedicarse al mundo de la literatura. “Trabajaba con una editorial llamada Character, muy conocida en el Reino Unido y me facilitaron una edición de su revista Africa Issue publicada en 1994. Estaba leyéndola en el tren, porque por aquél entonces estaba haciendo un máster en Inglaterra, y pensé: ¡esto es terrible, es Inglaterra y por falta de algo mejor que esto así es como escriben los escritores africanos en todo Londres! Eran escritores bien reconocidos pero no pudieron encontrar ni a uno, que pudiera escribir correctamente sobre África. Bueno… Encontraron solo a uno…”. Sonríe.

“Los reportajes de la revista tenían un barniz misionario, del tipo ‘salvar a África’ y este tipo de tonterías. Y fue realmente chocante ver algo así. En plan: ¿Me estáis diciendo de verdad que una revista rigurosa puede editar algo así? Así que envié un mail larguísimo al editor analizando toda la revista. Un año más tarde decidieron hacer otro número de African Issue y me pidieron escribir algo. Justo en ese momento creo que yo estaba editando Kwani? así que seguía posponiendo ese algo para ellos, hasta el último día, que el editor Matt Weiland, me dijo: ‘¿Por qué no escribes sobre ese mail que me enviaste?’. Lo hice, pero con una condición: que fuera accesible en Internet. Se subió a la red gratuitamente y fue algo incendiario que ahora está en todas partes”

“Mis amigos occidentales me dijeron –¡Oh!, no sabíamos que esta fuera la realidad. Pero el poder siempre te hace inocente, ya lo decía hace quince años Chinua Achebe en su escrito crítico Heard of Darkness y todos repetían también lo mismo: “¡Oh!, no estábamos al corriente”. En Occidente, mi ensayo me otorgó mucha fama. Tuve encuentros con la presidenta de Alemania, el presidente de Noruega y todos me decían: –Gracias, este escrito es la verdad”, reproduce Wainaina con voz sarcástica.

“Pero todo era una pantomima, nada ha cambiado. Es verdad que cuando las dinámicas de poder están cambiando puedes tener este tipo de conversaciones, por eso escribí ¿Cómo escribir sobre África?, por si acaso lo habían olvidado. Esto es de lo que trata mi ensayo. Recordar dónde estábamos hace cien años en nuestra relación, particularmente con Europa y Occidente. Y hay que decir que estamos en el mismo lugar que en 1881. Por si acaso lo habían olvidado, nada ha cambiado realmente en nuestra relación”.

Primera parte de la serie de seis vídeos titulada ‘We must free our imaginations’ (Debemos liberar nuestra imaginación) que se pueden ver en su página de Youtube

¿Es ese fantasma colonial el que sobrevuela conceptos como la moda del afropolitanismo y los afropolitanos?, le preguntamos. Wainaina coje aire. “Es un tipo de identidad que no asume ningún tipo de responsabilidad. Consume. A veces crea. Pero no tiene ninguna residencia en ningún valor sólido. Es una moda. Es una moda guay que no tiene piernas. No va a durar mucho pero si es bueno para darnos piezas de ropa bonita no me importa”, bromea este confeso amante de la moda.

“Achille Mbembe [filósofo camerunés] escribió algo sobre afropolitanismo y creo que su idea era bien diferente a la que viene recogida como mercancía. Una de las cosas maravillosas de ser africano es que tienes sociedades con espacios que de forma extraña nunca han sido colonizados hasta el punto de que la media en el África urbana habla cinco lenguas. Se vive en una sociedad donde el sonido de varias lenguas y culturas es parte de quién eres, y te sientes muy cómodo siendo parte de este cosmopolitismo. Así que cuando piensas en qué significa, en términos de Estados coloniales, claro que estos Estados definieron lo que fue la realidad cosmopolita. Y casi todos nuestros problemas políticos derivan del hecho de que tienes esta herencia cosmopolita que ha topado con las realidades locales. Si tenemos que pensar en el afropolitanismo como un cosmopolitismo de tipo occidental sobre la diáspora… La verdad es que no tengo tiempo para ello”.

Discurso africanista

El escritor es un pieza clave de las nuevas voces africanas. Un engranaje indispensable con un discurso africanista capaz de pintar con sus palabras escenas que dibujan imágenes de una África muy diferente a la de las primeras generaciones de escritores continentales. Se trata de un escritor que rehuye del encasillamiento y las etiquetas absurdas y vacías. “¡No puedo soportar el dogma!” exclama con las manos en la cabeza para sentenciar: “Mi cuerpo no lo acepta”.

¿Qué es lo que más le aburre?

“Creo que formar parte de la clase media africana ha sido un gran asunto con el que lidiar. La clase media africana somos las mejores jodidas máquinas de aprobar exámenes. Cualquier cosa que interfiera en este proceso como imaginar, leer… Es un problema. Si estás en un continente donde todo se trata de “re-”, como en países como Nigeria, que se re-industrializan, o conceptualizan las cosas suponiendo que debes empezar cosas nuevas, lo que te encuentras es con una clase media con terror a innovar. A probar cosas nuevas. Somos muy buenos si nos dicen –haz las cosas así y asá… Y lo haremos excelentemente. En Estados Unidos o el Reino Unido existe de forma muy visible –y estoy muy interesado en esta clase de excepcionalismos–, africanos trabajando de forma increíble en altas instituciones bancarias. Toda esta gente terminaron el instituto y se fueron. Los que hicieron físicas, están en la banca. Los que estudiaron literatura o filosofía, están en la banca. Algunos vuelven ahora que hay un crecimiento turbulento de la economía con capital de sus maestros, los bancos. Algunos están ya retirados con dinero de sus bancos y ahora son inversores aquí”.

Pero el crecimiento económico del continente también ha ido acompañado de un boom en el campo de las industrias creativas africanas, y en concreto del universo literario. “Creo que los escritores africanos estamos de moda ahora mismo, y esto es maravilloso”, nos dice mientras compara la literatura anglosajona africana o india con la literatura de América Latina producida en español. “Hay un mundo anglófono, para lo bueno y para lo malo. La gente en Inglaterra no tiene ni que pensar en ello. Pero nosotros sí que lo hacemos. Tienes que pensar en qué hay en el mundo anglófono porque si no lo haces chocarás con las puertas del infierno. Tienes uno ojo allí y otro aquí”. El autor está convencido de que escribir en inglés es una forma excelente de poder contar las historias cotidianas de África a los lectores de otros puntos del planeta.

Y a la hora de analizar la envidiable salud del panorama literario del continente, el escritor sostiene que el medio ambiente de la escritura africana tiene ecosistemas nuevos, crecientes y cambiantes.

“Con los cambios democráticos han crecido las editoriales independientes como Kwani? y muchas otras. En los últimos tres años han habido muchas publicaciones digitales, así que lo bonito es que tienes a gente como Kwani? que actúan como un gran paraguas. Aunque ahora también hay otras iniciativas nuevas fuera de él. Se trata de algo muy interesante, tenemos un fenómeno con diferentes tipos de expresiones. Hemos tenido una explosión literaria en los últimos tres años, pero veremos un crecimiento extremadamente espectacular en los próximos cinco años”.

La revolución digital

Este es uno de los fenómenos que más le interesan a Binyavanga. Cuando le decimos que en la revista Wiriko se le considera como un twittero compulsivo, el keniano se ríe y reafirma con la cabeza. “Verás, en el último año, estaba muy aburrido, muy deprimido después de que un muy buen amigo y otros conocidos murieran de VIH. Estaba empezando a escribir mi libro. Y entre que escribía y no escribía, me acostumbré a twittear”, confiesa. “Pero es que es un nuevo espacio para probar cosas. Y soy de esas personas que no se puede resistir cuando les brindas algo nuevo para probar”, afirma con cara de pillo.

“Soy un libertario en transición. Un libertario buscando un hogar. No sé dónde aterrizar. Siendo parte de esa generación FMI eres escéptico acerca de cualquier autoridad en general. Me siento muy cómodo fuera de los espacios institucionales, donde puedo crear mejor mi lugar. Siempre que estoy en sitios institucionales las cosas se vuelven demasiado… Aburridas. Y no pasa nada. En twitter puedo interaccionar y actuar y hablar de la forma que quiero sin sentirme censurado”. Y mientras expresa que de esta forma las relaciones están en plena transformación, puntualiza: “No es que así impongas tus condiciones sino que negocias en mejores condiciones”.

Es un fervoroso amante de Internet desde el principio, y desde que existe el email se ha negado a enviar copias de lo que escribe en formato papel. “Siempre he reconocido la capacidad de sentarse en este país desconocido donde adquieres mucho poder porque estás entregado, no solo a la tecnología, sino a la plataforma en una forma en que ellos (el poder institucional) no están”. Y pasa a continuación a  contar cómo durante sus años de residencia en Sudáfrica pasaba las noches en vilo intercambiando relatos en las primeras plataformas literarias que existían. “La Universidad tenía líneas abiertas y yo me metía en la sala de ocho de la tarde hasta la madrugada para estar online. En todos esos grupos primerizos de escritores locos en Internet, yo estaba dentro desde el principio”.

Port Harcourt, capital mundial del libro

La participación de Wainaina en cualquier iniciativa relacionada con el mundo literario en todo el continente es incondicional. No hay evento serio que ocurra en África donde no se le tenga en cuenta. Y justamente uno de los países contra los que ha cargado el keniano últimamente por sus políticas homófobas, Nigeria, va a acoger este año la capital mundial del libro. “No estoy muy seguro de cómo viajar a Nigeria ahora mismo”, dice Wainaina medio en broma mientras explica su implicación en el proyecto Africa 39. “Port Harcourt va a ser este año la capital mundial del libro. Mi trabajo fue conseguir a 120 escritores de menos de cuarenta años que luego fueron a parar a manos de los jueces”. La lista final con los seleccionados se anunciará durante el mes de abril. “Están preparando una Feria del Libro que creo que se va a convertir en una de las más importantes del continente”, sentencia el literato elogiando los esfuerzos del gobernador del Estado nigeriano de River State en esta iniciativa.

La novela del huracán

Pero las distintas iniciativas con talento africano –la citada Africa 39 y un proyecto para erigir la ciudad keniana de Kisumu como un centro para las artes y el refugio político–, no le impiden a sumergirse en su próxima novela. “La idea original surgió de mi último año como docente en Estados Unidos. Estaba en mi habitación, tecleando… Y aterrizó el huracán. Podías ver cómo estaba arrasando las calles de Nueva York, devastando parte de la baja Manhattan… Fue delirante. Aterrador”, dice trazando un paralelismo con la situación social, política y económica del mundo en la actualidad y ante la escalada imparable de acontecimientos globales.

“A lo que estamos viviendo ahora yo lo llamo “el huracán”. Pones la tele y te aparece…. “¡Grecia, Grecia, Grecia, Grecia y… puuuh!”, alza la voz. “¡Turquía, Turquía….!¡Egipto…, Ucrania…! Y me hace sentir como cuando era un niño y veía a mis padres mirar la tele en los setenta y veías: otro presidente ha sido asesinado… Quiero recoger eso, cómo sienta este huracán o el estar dentro de él; dentro del huracán africano, en particular. Estamos viviendo uno de esos subproductos neoliberales, como tantos otros, pero que tiene sus ventajas específicas. Tenemos nuevos proyectos ferroviarios que están abriendo nuestro continente y que no habíamos visto en cien años. El proyecto ferroviario es el motivo por el que Nairobi existe hoy en día y ahora la gente sabe que hay una línea que irá hasta Camerún. Aún no han pagado por ello, pero el sello ya está puesto en el contrato. No hay marcha atrás. Y para mí y mi generación esta idea de que “no hay marcha atrás” es realmente emocionante. Así que he estado utilizando diferentes tiempos verbales, jugando con ellos. Se puede ver en el Lost Chapter, cómo empiezo a jugar con esta idea agitándo los tiempos para darles electricidad. Esto es lo que voy a hacer este año”.

Y mientras esperamos este nuevo trabajo que se trae entre manos, y como broche de la entrevista, ¿una sugerencia en exclusiva para todos los amantes de la literatura africana? El keniano apuesta decididamente por Search Sweet Country, del ghanés Kojo Laing. “Para mí, es la mejor novela de todos los tiempos escrita por un africano. Fue publicada en los ochenta y la crítica la recibió de forma insólita. Es una novela sin etiquetas posibles. Monumental. Es un estilo en sí misma. Y el autor, de los mejores autores del siglo XX. Hay que leerla”.

Gemma Soles es miembro de la revista de artes africanas WIRIKO.

La Agrupación Republicana de Oarsoaldea “Pikoketa” organiza una charla sobre laicidad.

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La Agrupación Republicana de Oarsoaldea “Pikoketa” organiza para este próximo martes, 1 de abril, una conferencia con el título: Laicidad, una garantía para la democracia”. Participarán Mª Jose Molina y Arantxa Lekuona, ambas del colectivo “Laikotasuna”. El acto tendré lugar en la Sala Xenpelar de la calle Magdalena.

Desde la Agrupación republicana entendemos que laicidad y República son términos que van unidos. Lo hacemos desde la consideración de entender el laicismo como la defensa de la libertad de conciencia. Estamos por un estado laico, aconfesional con clara distinción entre su ámbito público y el privado de la sociedad civil en el que se desenvuelven las personas con plena libertad de conciencia y las instituciones particulares: económicas, de pensamiento -entre ellas las religiosas-, de aficiones, etc.

Apostamos por la necesidad de que el estado no intervenga en las conciencias de las personas; y para ello no debe estar participado, ingerido, el mismo, por ninguna confesión particular. Además los enemigos de la independencia del estado no son ya sólo la Iglesia Católica, sino, además, otra serie de formas de pensamiento e instituciones que tratan de controlar e influir desde el tremendo poder del estado. Para ello consideramos más apropiado un sistema republicano que una monarquía.

Para hablar y discutir de todo ello, desde la Agrupación Republicana de Oarsoaldea “Pikoketa” invitamos a participar en el acto de este próximo martes.

MUNDUBATek “emakume palestiniarren esperientziak” izeneko hitzaldia antolatzen du, apirilaren 8an Hernanin

palesitnako emakumeak

Khitam Saafin. 17 urtez, Palestinako Lurralde Okupatuetako irakasle lan egin zuen. Ikasle eta sindikalista zenetik, Palestinako askapenaren alde borrokatu da bete-betean. Horrez gain, BDS kanpainako batzordeko kidea da, nazioarteko hitzaldietan parte hartzen du eta emakume palestinarren eskubideen aldeko zenbait lantaldetako kidea ere bada nazio-mailan zein nazioartean. Gaur egun, Palestinako Emakumeen Lantaldeen Batasuneko presidentea da.

Palestinako Emakumeen Lantaldeen Batasuna (UPWC) emakumeen erakundea da. 1980. urtean sortu zen, eta Palestina okupatuko emakumeekin lan egiten du ikuspegi ezkertiarretik, emakume palestinarren eskari nazional eta sozialen artean lotune organiko sakona dagoela kontuan hartuta. Khitamek dioenez, “emakume palestinarrak euren askatasunaren alde borrokatzen dira, euren herriak egiten duen moduan, eta ez dira geldituko harik eta erabateko askatasuna lortu arte”.

Khitam Saafin. Trabajó como profesora en los Territorios Ocupados de Palestina durante 17 años y desde que era estudiante y sindicalista ha estado activa en la lucha por la liberación de Palestina. Además es miembro  del comité de la campaña BDS, participa en conferencias a nivel internacional, y es miembra de varios comités en pro de los derechos de las mujeres Palestinas a nivel nacional e internacional; actualmente es presidenta de la Unión de Comités de Mujeres Palestinas.

La Unión de Comités de Mujeres Palestinas (UPWC) es una organización de mujeres fundada en el año 1980 que trabaja con mujeres de la Palestina ocupada desde una perspectiva de izquierdas, en base a la profunda relación orgánica entre las demandas nacionales y sociales de las mujeres palestinas. Como dice Khitam “las mujeres palestinas luchan por la libertad, como su pueblo y no pararán hasta lograr la libertad total.