DEIA: Los ‘aludidos’ responden al Papa

Defensores de los derechos de mujeres y gais valoran sus palabras, a la espera de que se materialicen

 

blanca estrella y jose ignacio sanchez

Blanca Estrella Ruiz y José Ignacio Sánchez (Pablo Viñas)

No considera a los gais como “enemigos a batir” y reivindica el papel de las mujeres más allá de su trabajo en la sombra de las sacristías. El Papa Francisco está rompiendo moldes, al menos de palabra. “Le admiro porque está tocando temas que son tabús en la Iglesia, como la homosexualidad, el aborto o la pederastia, pero estamos hablando de una multinacional de 2.000 años de historia y hay que ir muy lento. Aunque las perspectivas son buenas, ¿hasta qué punto le van a dejar caminar?”, se pregunta José Ignacio Sánchez, más de media vida defendiendo los derechos de gais y lesbianas desde Ehgam. Su escepticismo se torna esperanza en boca de Blanca Estrella Ruiz, abanderada de las mujeres, otro de los colectivos a los que ha aludido el Papa en sus últimas declaraciones públicas. “Cada vez que le oigo hablar digo: Ya está empezando una transición como la nuestra en la Iglesia católica. La vamos a ver poco a poco, no irá rápido, pero pienso que llegará a buen puerto”, confía la presidenta de la Asociación Clara Campoamor. De hecho, dice, el pontífice “está haciendo una limpia, está dando vueltas a la curia de la Iglesia. Incluso la cúspide es consciente de que han perdido muchos adeptos y este hombre puede llevar otra vez el rebaño a su Iglesia. Y yo creo que le van a dejar”, aventura.

Sentados en torno a una mesa, antes de diseccionar los mensajes papales por la parte que les toca, ambos interlocutores ceden el paso a la infancia. “Lo más importante que ha hecho este Papa es la batalla para erradicar a los pedófilos dentro de la Iglesia, porque todos han sido muy ambiguos, pero este lo ha tomado como prioridad desde el primer día”, subraya agradecida Blanca Estrella. La cruzada, dice, servirá para que los menores que han sufrido abusos sexuales por parte de religiosos no vean cómo estos quedan impunes. “Es muy complicado decirle a un niño que es una barbaridad lo que le han hecho y que él no se lo debe hacer a nadie cuando el cura o monje no ha sido castigado, ni condenado, ni marginado, ni apartado de la carrera docente o eclesiástica. Y esto con el mensaje del Papa se acabó. El camino es mucho más fácil cuando el que está arriba -porque en la Iglesia el que manda, manda- está en esa pelea”, argumenta.

Convencido de que “en este país no ha salido ni la punta del iceberg” de la pederastia en la Iglesia, José Ignacio aboga por “llegar hasta el final, porque la mayoría se está yendo de rositas”. “Es lo primero que hay que atajar. Los derechos de gais y mujeres son secundarios con respecto a los de los niños”, defiende con vehemencia y, acto seguido, reconoce la extrema dificultad de la misión. “No lo tiene nada fácil. Otra voz que se levantó hace treinta años fue la de Juan Pablo I y el pobre tomando el té se fue al otro barrio. ¡Qué casualidad! Este hombre tendrá que luchar contra muchas cosas y no te diría que no se encuentre con una bala o un veneno en medio del camino”, especula.

Acostumbrados a estar en el punto de mira de la alta jerarquía eclesiástica, los homosexuales dan la bienvenida, aunque sin demasiado entusiasmo, al cambio de rumbo. “Al 90% de los gais nos importa tres pepinos lo que pueda pensar la Iglesia católica, porque tenemos que mirar las leyes civiles, que son las que nos protegen, pero es preferible tener enfrente a una persona que no esté instigando continuamente contra nosotros, como hacen Rouco o Bertone”, admite José Ignacio. No obstante, subraya las palabras que prosiguen a la declaración de intenciones de Francisco. “Ha dicho: Vamos a dejar de hablar de matrimonio homosexual porque la doctrina de la Iglesia ya sabemos cuál es y yo sigo la doctrina de la Iglesia. ¿Qué me estás diciendo? Que no vas a cambiar, pero bueno, por lo menos está hablando. Algo es algo”, dice.

Aunque conoce a “gais a los que les gustaría comulgar, pero se sienten rechazados”, su experiencia ha sido otra. “Hablas con sacerdotes y te entienden y ellos son los primeros que no te pueden dar una respuesta. Yo he estado quince años de voluntario en Cáritas y jamás nadie me ha dicho nada por mi homosexualidad ni por mi ateísmo. Eso significa que la Iglesia de base, la que acepta a los gais y a las mujeres, no comulga con la Iglesia oficial”.

Lo mismo que “no han llovido gatos” por la aprobación del matrimonio homosexual, tampoco, coinciden ambos activistas, pasaría nada si la Iglesia católica incorporase a la mujer en su staff. Es más, su papel, aseguran, sería fundamental para impulsar cambios. “Siempre son las mujeres las que inician el camino. En la dictadura muchas mujeres nos la hemos jugado en la clandestinidad para luchar por nuestros derechos y los de los gais”, recuerda Blanca Estrella, para quien “el mensaje del Papa es garantizar que la persona, la mujer, el gay, sea parte de la Iglesia y sea respetado por ella. Nada de que eso es pecado y hay que excomulgarle”.

José Ignacio, que no concibe que “en una organización de esa magnitud no haya ni una sola mujer que tome decisiones”, insiste en que deben ser “punta de lanza” porque “son, además, mucho más practicantes del evangelio, en el sentido de que tienen piedad, compasión y capacidad de perdonar”.

Cuando la presidenta de la Asociación Clara Campoamor oyó “que no se iba a condenar a ningún cristiano más por el uso de anticonceptivos”, se le vino a la cabeza la transición y la lucha de las mujeres por la despenalización del adulterio y de la píldora. Consciente de la “contradicción psicológica” que sufren muchos católicos porque “quieren cumplir con su ley cristiana, pero no tener más de cinco hijos”, aplaude que ahora puedan usar anticonceptivos sin “sentirse culpables”.

En los últimos coletazos del debate, Blanca Estrella anuda un par de reivindicaciones. “La Iglesia mantiene aquello de que lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre y en familias donde existe violencia le dice a la mujer que perdone y aguante porque la familia es sagrada. Este hombre tiene que cambiar el mensaje: No tienes que seguir con ese maltratador, te puedes ir y no estás cometiendo un pecado. Las mujeres católicas necesitan sentir que su Iglesia las protege”, les presta la voz. También censura la labor de algunos religiosos que interceden para que les concedan permisos a presos con delitos graves. “Ha matado a una niña, pero como está arrepentido… ¿Cómo que está arrepentido? Estará arrepentido para usted y su Iglesia, pero para la sociedad civil no”, protesta. Apuntadas las tareas pendientes, José Ignacio abrocha su discurso. “Este señor puede conseguir el respeto de ateos y agnósticos, cosa que el anterior no”. “Es equiparable al respeto que consiguió Juan XXIII”, apostilla Blanca Estrella. “Yo soy atea y le seguía muchísimo. Este, aunque no con su bondad, lleva el camino”.

 

El próximo 19 de octubre se celebra en todo el mundo el Día Internacional de Acción por la Despatologización Trans, en el marco de la campaña Stop Trans Pathologization (STP). La ciudad de Barcelona acoge los próximos 18, 19 y 20 de octubre del 2013 el evento CULTURA TRANS que agrupa diversas actividades para visibilizar la realidad del colectivo transexual, transgénero y travesti y denunciar la patologización de la transexualidad. Te esperamos! ACTIVIDADES: Viernes 18 de octubre del 2013 a las 18h30 en La Bonne- CDD Francesca Bonnemaison CINEFORUM: Estreno del documental Sexing the transman Sábado 19 de octubre del 2013 de 10h a 19h en La Bonne- CDD Francesca Bonnemaison JORNADA “Nuevos retos en torno a la despatologización trans” Domingo 20 de octubre del 2013 a las 19h en Diables de Sant Andreu pequeño FESTIVAL DE LA CANCIÓN trans

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El próximo 19 de octubre se celebra en todo el mundo el Día Internacional de Acción por la Despatologización Trans, en el marco de la campaña Stop Trans Pathologization (STP). La ciudad de Barcelona acoge los próximos 18, 19 y 20 de octubre del 2013 el evento CULTURA TRANS que agrupa diversas actividades para visibilizar la realidad del colectivo transexual, transgénero y travesti y denunciar la patologización de la transexualidad. Te esperamos!

ACTIVIDADES:

Viernes 18 de octubre del 2013 a las 18h30 en La Bonne- CDD Francesca Bonnemaison

CINEFORUM: Estreno del documental Sexing the transman

Sábado 19 de octubre del 2013 de 10h a 19h en La Bonne- CDD Francesca Bonnemaison

JORNADA “Nuevos retos en torno a la despatologización trans”

Domingo 20 de octubre del 2013 a las 19h en Diables de Sant Andreu

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X Berdintasunerako Gunea urriaren 1etik 31ra ospatuko da

X. Berdintasunerako Gunea 2013ko urriaren 1etik 31ra burutuko da eta ardatz nagusia honako izango da: “Berdintasuna: gizarte osoari mesede egiten dion giza eskubidea”. “Emakume eta Gizonezkoen arteko Berdintasunerako Gunea” urteroko topaketa da. Bere helburua emakume eta gizonezkoen arteko berdintasunaren alde lan egiten duten erakundeen, taldeen eta elkarteen lana bildu, ikustarazi eta indartzea da. Programa osoa hemen

El X Foro para la Igualdad se celebra del 1 al 31 de octubre

El X Foro para la igualdad de mujeres y hombres 2013 se celebrará del 1 al 31 de octubre en distintas localidades vascas y su eje central será “La igualdad: un derecho humano, un beneficio para toda la sociedad”. El Foro para la igualdad de mujeres y hombres es un espacio de encuentro anual cuyo objetivo es aglutinar, visibilizar y reforzar el trabajo que vienen realizando instituciones, colectivos y entidades a favor de la igualdad de mujeres y hombres.

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Entrevista a Silvia Federici en la revista NÚMEROS ROJOS

Silvia Federici y la caza de brujas

silvia federici

Silvia Federeici

Hace unos siglos la hubieran quemado en la hoguera. Feminista incansable, la historiadora y autora de uno de los libros más descargados de la red, “Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria”, habla con Números Rojos y expone de forma rigurosa las razones políticas y económicas que se ocultaron tras la caza de brujas. Su último libro, “Revolución en punto cero”, es una recopilación de artículos imprescindible para conocer su trayectoria intelectual.

Texto: Maite Garrido Courel.

Con ojo escrutador, la italiana Silvia Federici lleva más de 30 años estudiando los acontecimientos históricos que dieron lugar a la explotación social y económica de las mujeres. En su libro “Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria” (Traficantes de sueños, 2010), fija su punto de mira en la violenta transición del feudalismo al capitalismo, donde se forjó a fuego la división sexual del trabajo y donde las cenizas de las hogueras cubrieron de ignorancia y falsedades un capítulo esencial de la Historia. Federici habla para Números Rojos desde su despacho del departamento de Historia en la Hofstra University de Nueva York sobre brujas, sexualidad y capitalismo, y se propone “revivir entre las generaciones jóvenes la memoria de una larga historia de resistencia que hoy corre el peligro de ser borrada”.

¿Cómo es posible que la matanza sistemática de mujeres no se haya abordado más que como un capítulo anecdótico en los libros de Historia? Ni siquiera recuerdo haberlo dado en la escuela…
Este es un buen ejemplo de cómo la Historia la escriben los vencedores. A mediados del siglo XVIII, cuando el poder de la clase capitalista se consolidó y la resistencia en gran parte fue derrotada, los historiadores comenzaron a estudiar la caza de brujas como un simple ejemplo de supersticiones rurales y religiosas. Como resultado de ello, hasta no hace mucho, pocos fueron los que investigaron seriamente los motivos que se esconden tras la persecución de las ‘brujas’ y su correlación con la instauración de un nuevo modelo económico. Como expongo en “Calibán y la bruja…”, dos siglos de ejecuciones y torturas que condenaron a miles de mujeres a una muerte atroz fueron liquidados por la Historia como producto de la ignorancia o de algo perteneciente al folclore. Una indiferencia que ronda la complicidad, ya que la eliminación de las brujas de las páginas de la historia ha contribuido a trivializar su eliminación física en la hoguera. Fue el Movimiento de Liberación de la Mujer de los años 70 el que reavivó el interés por la caza de brujas. Las feministas se dieron cuenta de que se trataba de un fenómeno muy importante, que había dado forma a la posición de las mujeres en los siglos venideros, y se identificaban con el destino de las ‘brujas’ como mujeres que fueron perseguidas por resistirse al poder de la Iglesia y el Estado. Esperemos que a las nuevas generaciones de estudiantes sí se les enseñe la importancia de esta persecución.

Hay algo, además, que inquieta profundamente, y es el hecho de que, salvo el caso de los pescadores vascos de Lapurdi, los familiares de las supuestas brujas no se alzaran en armas en su defensa después de haber luchado juntos en los levantamientos campesinos.
Desafortunadamente, la mayoría de los documentos que tenemos sobre la caza de brujas fueron escritos por aquellos que ostentaban el poder: los inquisidores, los magistrados, los demonólogos. Esto significa que puede haber ejemplos de solidaridad que no hayan sido registrados. Pero hay que tener en cuenta que era muy peligroso para los familiares de las mujeres acusadas de brujería que se les asociara con ellas y más alzarse en su defensa. De hecho, la mayoría de los hombres que fueron acusados y condenados por brujería eran parientes de las mujeres sospechosas. Esto, por supuesto, no minimiza las consecuencias del miedo y la misoginia que la propia caza de brujas produjo, ya que propagó una imagen horrible de las mujeres convirtiéndolas en asesinas de niños, sirvientes del demonio, destructoras de hombres, seduciéndolos y haciéndolos impotentes al mismo tiempo.

Expones dos consecuencias claras en lo referente a la caza de brujas: que es un elemento fundacional del capitalismo y que supone el nacimiento de la mujer sumisa y domesticada.
La caza de brujas, así como la trata de esclavos y la conquista de América, fue un elemento imprescindible para instaurar el sistema capitalista moderno, ya que cambió de una manera decisiva las relaciones sociales y los fundamentos de la reproducción social, empezando por las relaciones entre mujeres y hombres y mujeres y Estado. En primer lugar, la caza de brujas debilitó la resistencia de la población a las transformaciones que acompañaron el surgimiento del capitalismo en Europa: la destrucción de la tenencia comunal de la tierra; el empobrecimiento masivo y la inanición y la creación en la población de un proletariado sin tierra, empezando por las mujeres más mayores que, al no poseer una tierra que cultivar, dependían de una ayuda estatal para subsistir. También se amplió el control del Estado sobre el cuerpo de las mujeres, al criminalizar el control que estas ejercían sobre su capacidad reproductiva y su sexualidad (las parteras y las ancianas fueron las primeras sospechosas). El resultado de la caza de brujas en Europa fue un nuevo modelo de feminidad y una nueva concepción de la posición social de las mujeres, que devaluó su trabajo como actividad económica independiente (proceso que ya había comenzado gradualmente) y las colocó en una posición subordinada a los hombres. Este es el principal requisito para la reorganización del trabajo reproductivo que exige el sistema capitalista.

Hablas del control de los cuerpos: si en la Edad Media ejercían las mujeres un control indiscutible sobre el parto, en la transición al capitalismo “los úteros se transformaron en territorio político controlados por los hombres y el Estado”. 
No hay duda de que con el advenimiento del capitalismo comenzamos a ver un control mucho más estricto por parte del Estado sobre el cuerpo de las mujeres, llevado a cabo no solo a través de la caza de brujas, sino también a través de la introducción de nuevas formas de vigilancia del embarazo y la maternidad, y la institución de la pena capital contra el infanticidio (cuando el bebé nacía muerto, o moría durante el parto, se culpaba y ajusticiaba a la madre). En mi trabajo sostengo que estas nuevas políticas, y en general la destrucción del control que las mujeres en la Edad Media habían ejercido sobre la reproducción, se asocian con la nueva concepción que el capitalismo ha promovido del trabajo. Cuando el trabajo se convierte en la principal fuente de riqueza, el control sobre los cuerpos de las mujeres adquiere un nuevo significado; estos mismos cuerpos son entonces vistos como máquinas para la producción de fuerza de trabajo. Creo que este tipo de política es todavía muy importante hoy en día porque el trabajo, la fuerza de trabajo, sigue siendo crucial para la acumulación de capital. Esto no quiere decir que en todo el mundo los patrones quieran tener más trabajadores, pero sin duda quieren controlar la producción de la fuerza de trabajo: quieren decidir cuántos trabajadores están produciendo y en qué condiciones.

En España, el ministro de Justicia quiere reformar la ley del aborto, excluyendo de los supuestos la malformación del feto, justo cuando las ayudas a la dependencia han desaparecido.
En Estados Unidos también están tratando de introducir leyes que penalicen gravemente a las mujeres y limiten su capacidad de elegir si desean o no tener hijos. Por ejemplo, varios estados están introduciendo leyes que hacen que la mujer sea responsable de lo que le ocurre al feto durante el embarazo. Ha habido un caso polémico de una mujer a quien han acusado de asesinato porque su hijo nació muerto y luego se descubrió que había utilizado algunas drogas. Los médicos excluyeron el consumo de cocaína como causa de la muerte del feto, pero fue en vano, la acusación siguió su curso. El control de la capacidad reproductiva de las mujeres es también un medio de controlar la sexualidad de las mujeres y nuestro comportamiento en general.

Tú misma lo planteas: ¿por qué Marx no se cuestionó la procreación como una actividad social determinada por intereses políticos?
Esta no es una pregunta fácil de responder, ya que hoy nos parece evidente que la procreación y crianza de los hijos son momentos cruciales en la producción de fuerza de trabajo y no por casualidad han sido objeto de una regulación muy dura por parte del Estado. Creo, sin embargo, que Marx no podía darse el lujo de ver la procreación como un momento de la producción capitalista porque se identificaba con la industrialización, con las máquinas y la industria a gran escala, y la procreación, como el trabajo doméstico, parecía ser el opuesto de la actividad industrial. Que el cuerpo de la mujer se mecanizara y se convirtiera en una máquina para la producción de fuerza de trabajo es algo que Marx no podía reconocer. Hoy en día, en Estados Unidos al menos, el parto también se ha mecanizado. En algunos hospitales, obviamente no los de los ricos, las mujeres dan a luz en una línea de montaje, con tanto tiempo asignado para el parto, si exceden ese tiempo se les hace una cesárea.

La sexualidad es otro tema que abordas desde un punto de vista ideológico, siendo la Iglesia quien promovió con gran virulencia un férreo control y criminalización. ¿Era tan fuerte el poder que confería a las mujeres que continúa ese intento de control?
Creo que la Iglesia se ha opuesto a la sexualidad (aunque siempre lo han practicado a escondidas) porque tiene miedo del poder que ejerce en la vida de las personas. Es importante recordar que a lo largo de la Edad Media, la Iglesia también estuvo implicada en la lucha para erradicar la práctica del matrimonio de los sacerdotes, que lo veían como una amenaza para la conservación de su patrimonio. En cualquier caso, el ataque de la Iglesia sobre la sexualidad siempre ha sido un ataque a las mujeres. La Iglesia teme a las mujeres y ha tratado de humillarnos de todas las maneras posibles, retratándonos como el pecado original y la causa de la perversión en los hombres, nos obliga a esconder nuestros cuerpos como si estuvieran contaminados. Mientras tanto, se ha tratado de usurpar el poder de las mujeres, presentando al clero como dadores de vida e incluso adoptando la falda como vestimenta.

En una entrevista afirmas que sigue teniendo lugar una caza de brujas ¿Quiénes son los herejes ahora?
Ha habido caza de brujas desde hace varios años en diferentes países africanos, así como en la India, Nepal, Papúa Nueva Guinea. Miles de mujeres han sido asesinadas de esta manera, acusándolas de brujería. Y está claro que, como en los siglos XVI y XVII, esta nueva caza de brujas se conecta con la extensión de las relaciones capitalistas en todo el mundo. Es muy conveniente tener campesinos luchando unos con otros mientras que en muchas partes del mundo estamos viviendo un nuevo proceso de cercamiento, con la privatización de la tierra y un gran saqueo a los medios básicos de subsistencia. También hay pruebas de que parte de la responsabilidad de esta nueva caza de brujas, que a su vez se dirige especialmente a las mujeres mayores, debe atribuirse a la labor de las sectas cristianas fundamentalistas, como el movimiento pentecostal, que han traído de nuevo al discurso religioso el tema del diablo, aumentando el clima de sospechas y el miedo existente generado por el dramático deterioro de las condiciones económicas.

“Omnia sunt communia!”, “Todo es común”, fue el grito de los anabaptistas cuya lucha y derrota, como cuentas en el libro, fue barrida por la Historia. ¿Sigue siendo igual de subversivo ese grito?
Ciertamente lo es, ya que estamos viviendo en una época donde sunt omnia privata. Si las tendencias actuales continúan, pronto no habrá aceras, ni playas, ni mares, ni aguas costeras, ni tierra, ni bosques a los que podamos acceder sin tener que pagar algo de dinero. En Italia, algunos municipios están tratando de aprobar leyes que prohíben a la gente poner sus toallas en las pocas playas libres restantes y esto es solo un pequeño ejemplo. En África, estamos siendo testigos de las más grandes apropiaciones de tierras en la historia del continente por parte de empresas mineras, agro industriales, agro-combustibles… La tierra africana se está privatizando y las personas están siendo expropiadas a un ritmo que coincide con el de la época colonial. El conocimiento y la educación se están convirtiendo en mercancías disponibles solo para aquellos que pueden pagar e incluso nuestros propios cuerpos están siendo patentados. Así que omnia sunt communia sigue siendo una idea radical, aunque hay que tener cuidado de no aceptar la forma en que está siendo usado este ideal distorsionado, por ejemplo, por organizaciones como el Banco Mundial, que en nombre de la preservación de la ‘comunidad global’ privatiza las tierras y los bosques y expulsa la población que ganaba su sustento de ello.

¿Cómo se podría abordar la cuestión de los comunes actualmente?
El tema de los comunes es cómo crear un mundo sin explotación, igualitario, donde millones de personas no se mueran de hambre en medio del consumo obsceno de unos pocos y donde el medio ambiente no sea destruido, donde la máquina no aumente nuestra explotación en vez de reducirla. Este creo que es nuestro problema común y nuestro proyecto común: crear un mundo nuevo.